El Tribunal de Apelaciones del Reino Unido anula la sentencia de un hombre que pasó más de tres décadas en prisión por un asesinato del que se ha demostrado su inocencia mediante nuevas pruebas de ADN. La historia revela errores judiciales históricos y avances tecnológicos que cambian vidas.

El pasado martes, el Tribunal de Apelaciones del Reino Unido dictaminó la anulación de la condena de Peter Sullivan, un hombre de 68 años que había permanecido en prisión durante 38 años por un asesinato que las nuevas evidencias de ADN demuestran que no cometió.

Este fallo representa un hito en la historia judicial del país, resaltando cómo los avances tecnológicos pueden corregir errores del pasado y devolver la esperanza a quienes fueron víctimas de una justicia fallida.

Peter Sullivan fue condenado en 1986 por el asesinato y agresión sexual de Diane Sindall, una joven camarera de 21 años, en la localidad de Birkenhead, cerca de Liverpool.

En aquel entonces, Sullivan fue sentenciado a cadena perpetua con una pena mínima de 16 años, después de que el caso se basara en testimonios y evidencias circunstanciales.

Sin embargo, en 2023, la reapertura de la investigación, impulsada por la Policía de Merseyside, permitió revisar las pruebas con la tecnología actual de ADN, que en aquel momento no estaba disponible.

Los abogados de Sullivan expresaron que su cliente es víctima del error judicial más largo en la historia del Reino Unido que aún involucra a un prisionero vivo.

La nueva evidencia de ADN no coincide con Sullivan, lo que fue determinante para que la Comisión de Revisión de Casos Penales (CCRC, en inglés) recomendara la anulación de la condena en noviembre del año pasado.

La CCRC también señaló que, en las primeras etapas del proceso, Sullivan no contó con el asesoramiento jurídico adecuado durante los siete interrogatorios que sufrió, a pesar de haberlo solicitado.

Desde la cárcel, Sullivan expresó su emoción y alivio ante la resolución judicial. En un comunicado leído por su abogado, afirmó: "Perdí mi libertad hace más de tres décadas por un delito que no cometí. Lo que me ocurrió estuvo muy mal, pero no quita que lo que sucedió fue una tragedia y una pérdida terrible para la víctima y sus seres queridos". Además, subrayó que no siente resentimiento ni enojo, sino una profunda esperanza de que su caso sirva para que otros errores similares no se repitan.

Este caso no solo refleja una victoria para Sullivan, sino también evidencia cómo la tecnología moderna puede rectificar decisiones judiciales erróneas del pasado.

La historia de Sullivan recuerda que, en el sistema judicial, la justicia no siempre es infalible, y que la incorporación de nuevas pruebas puede cambiar vidas.

En los últimos años, varios países han avanzado en el uso de ADN para revisar sentencias, logrando liberar a personas condenadas injustamente.

Por otro lado, el caso también remarca la importancia de garantizar los derechos de los acusados durante todo el proceso judicial, incluyendo un asesoramiento legal adecuado en etapas clave.

La historia de Sullivan se suma a una larga lista de casos que muestran cómo errores en la investigación y en la aplicación de la ley pueden tener consecuencias devastadoras.

La policía y las autoridades judiciales continúan investigando para determinar cómo se produjo el error y si existieron fallos sistemáticos en el proceso.

Por ahora, Sullivan permanece en libertad, y su abogado indicó que aún no sabe cuándo podrá salir de prisión definitivamente, ya que debe gestionar los trámites legales correspondientes.

Sin embargo, la justicia ha reconocido su inocencia y ha dado un paso importante hacia la reparación de un daño que duró 38 años.

Este caso es un recordatorio de la importancia de la evolución tecnológica y la revisión constante de los procedimientos judiciales para garantizar una justicia más justa y efectiva en el futuro.