El gobierno estadounidense presenta un ambicioso plan para poner fin al conflicto en Gaza, que incluye un alto el fuego y la creación de un gobierno de transición supervisado por Washington. La iniciativa busca consolidar una coexistencia pacífica en la región y abrir el camino a la autodeterminación palestina.

En un movimiento que ha generado gran revuelo en el escenario internacional, el gobierno de Estados Unidos, presuntamente bajo la dirección del presidente Donald Trump, anunció este lunes un plan de 20 puntos destinado a poner fin a la larga y sangrienta guerra en la Franja de Gaza y definir el futuro político del enclave palestino.

El plan, que ha sido presentado en la Casa Blanca, busca establecer un marco de paz duradera mediante una serie de medidas que incluyen un alto el fuego, la liberación de rehenes y la creación de un gobierno de transición.

Supuestamente, este plan contempla un cese inmediato de las hostilidades, con la intención de detener la ofensiva israelí en Gaza, que en las últimas semanas ha provocado numerosas víctimas civiles y daños materiales considerables.

Además, se propone la liberación en un plazo de 72 horas de todos los rehenes capturados por Hamás, incluidos tanto los vivos como los fallecidos, en un esfuerzo por reducir la tensión y facilitar un ambiente propicio para las negociaciones.

Entre las medidas destacadas, se incluye que Israel no ocupará ni anexará Gaza en el futuro cercano. En su lugar, se prevé una retirada progresiva de sus fuerzas para transferir el control a una fuerza internacional de estabilización (FIS), apoyada por Estados Unidos y países árabes aliados, que tendrá la misión de garantizar la seguridad y la desmilitarización de la zona.

Este paso, presuntamente, sería fundamental para evitar una escalada del conflicto y ofrecer garantías a la población palestina.

Supuestamente, Israel también se compromete a liberar a 250 presos palestinos condenados a cadena perpetua y a liberar a unos 1.700 detenidos en Gaza tras los atentados del 7 de octubre. La iniciativa apunta a crear las condiciones para una reconstrucción de Gaza, que sería destinada a mejorar las condiciones de vida de sus habitantes a través de una ayuda humanitaria sin obstáculos, gestionada por agencias de Naciones Unidas.

En paralelo, se propone la creación de un gobierno de transición supervisado por una Junta de la Paz internacional, presidida por el propio Donald Trump.

Este organismo incluiría a figuras internacionales como Tony Blair, ex primer ministro británico, y tendría la responsabilidad de administrar Gaza mientras se establecen las reformas necesarias en la Autoridad Palestina, que eventualmente podrían conducir a la creación de un Estado palestino, según supuestamente indican las intenciones de la propuesta.

El plan también contempla un plan de desarrollo económico para Gaza, con la creación de una zona económica especial que atraiga inversiones y genere empleo.

Además, se garantiza que no habrá desplazamientos forzosos y que quienes deseen permanecer en Gaza podrán hacerlo, con la opción de regresar si deciden abandonar el territorio voluntariamente.

Supuestamente, las facciones palestinas, incluyendo Hamás, no podrán gobernar Gaza ni de forma directa ni indirecta y se establecerá un proceso de desmilitarización bajo supervisión internacional.

La comunidad regional también jugará un papel activo en el cumplimiento de los compromisos adquiridos, asegurando que Gaza no represente una amenaza para sus vecinos.

El plan incluye la promoción de un diálogo interreligioso para fomentar la tolerancia y la convivencia pacífica entre israelíes y palestinos, así como el avance hacia la autodeterminación palestina.

Se prevé que, conforme a la implementación de las reformas y la reconstrucción, se abra la puerta a la creación formal de un Estado palestino, en línea con los compromisos internacionales y las resoluciones de la ONU.

Este ambicioso plan, que aún debe ser aprobado por las partes involucradas, especialmente por Hamás, ha generado reacciones diversas en la comunidad internacional.

Mientras algunos ven en él una oportunidad para lograr la paz en una región marcada por décadas de conflictos, otros expresan dudas sobre su viabilidad y el cumplimiento de los compromisos.

En cualquier caso, supone un paso importante en la búsqueda de una solución duradera al conflicto en Gaza, que ha marcado la historia del Medio Oriente y continúa siendo un punto de tensión en la política global.