La situación en Gaza ha llegado a niveles críticos, con un aumento sin precedentes en la desnutrición infantil y un colapso en los servicios médicos y humanitarios, poniendo en riesgo la vida de miles de civiles, especialmente niños menores de cinco años.

La crisis en Gaza continúa agravándose, y las cifras recientes revelan una situación que podría considerarse una de las peores en la historia reciente de la región.

Según datos supuestamente proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 12.000 niños menores de cinco años están sufriendo de desnutrición aguda, cifra que corresponde a julio y que, presuntamente, representa el nivel más alto registrado hasta ahora.

La situación es aún más alarmante si se consideran las cifras totales de muertes y heridos relacionadas con la desnutrición, que suman aproximadamente 99 víctimas en lo que va del año, entre ellas 29 niños pequeños.

Se estima que estas cifras están siendo subestimadas debido a las dificultades para recopilar datos precisos en medio del conflicto.

Desde hace casi dos años, Gaza ha estado sometida a un intenso bombardeo que ha destruido infraestructura vital y ha provocado desplazamientos masivos de la población.

La población civil enfrenta un acceso extremadamente limitado a servicios básicos esenciales, como agua potable, saneamiento, atención médica y alimentos.

La escasez de recursos y el bloqueo del suministro de alimentos han provocado una crisis humanitaria sin precedentes. La sobrepoblación, junto con el deterioro de las condiciones sanitarias, está facilitando la propagación de enfermedades. Entre ellas, se han reportado 418 casos sospechosos de meningitis y 64 casos de síndrome de Guillain-Barré, con un aumento notable en los casos durante julio.

El informe de la OMS también destaca las acciones que se han llevado a cabo para aliviar la situación. Desde el inicio del conflicto, se ha logrado evacuar a aproximadamente 7.522 pacientes de Gaza, incluyendo 15 niños en estado crítico que fueron trasladados a Jordania con el apoyo de la organización. Sin embargo, más de 14.800 personas aún requieren atención médica urgente, y la organización ha pedido a la comunidad internacional que facilite más evacuaciones y que se abra un flujo constante de ayuda humanitaria.

Supuestamente, en los últimos meses, la ayuda internacional ha sido limitada y enfrentan obstáculos considerables. Desde el 25 de junio, se han enviado unos 68 camiones con suministros médicos, que incluyen medicamentos, sangre, y materiales para traumatología y cirugías, pero las necesidades de los hospitales superan ampliamente estas entregas.

La organización ha reclamado el fin de los bloqueos y la creación de corredores humanitarios seguros para facilitar la evacuación de pacientes y la llegada de suministros esenciales.

Además, la situación de inseguridad se ha visto agravada por un ataque a un almacén y una casa de huéspedes de la OMS el mes pasado, que supuestamente puso en riesgo la distribución de ayuda.

A pesar de ello, la organización ha logrado mantener la distribución de suministros, aunque las condiciones de seguridad y el bloqueo limitan la efectividad de estas acciones.

En total, desde finales de junio, se han enviado aproximadamente 68 camiones con ayuda, pero la demanda sigue siendo mucho mayor.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha advertido que la ayuda sanitaria internacional podría reducirse en un 40% en 2024 si continúan los recortes en la financiación, lo cual agravaría aún más la crisis.

La comunidad internacional ha sido llamada a tomar medidas urgentes para garantizar la protección de civiles, la apertura de corredores humanitarios y el cese de hostilidades, con el objetivo de lograr un alto el fuego duradero y una paz que permita reconstruir Gaza y salvar vidas.

La situación en Gaza refleja una tragedia que se remonta a décadas de conflicto y tensiones en Oriente Medio, donde supuestamente las disputas políticas y militares han dejado a millones de civiles en una situación de vulnerabilidad extrema.

La comunidad internacional debe actuar rápidamente para evitar una catástrofe aún mayor, centrando esfuerzos en salvar vidas y garantizar condiciones mínimas de dignidad para la población afectada.