Una estudiante de diseño fue imputada por sustraer la tarjeta de crédito de un adulto mayor y realizar compras por más de 2.100 euros en Argentina, en un caso que conmueve a la comunidad.

En un caso que ha generado gran atención en Argentina, una joven universitaria de 20 años fue imputada por el robo de la tarjeta de crédito de un abuelo y la realización de compras por un monto que supera los 250.000 pesos argentinos, equivalentes a aproximadamente 2.100 euros. La situación se desencadenó el año pasado, cuando Candela Luciana aprovechó una reunión en la casa de una amiga para abrir la billetera del adulto mayor y sustraer sus documentos bancarios y tarjetas.

Según informes de TN, todo comenzó cuando el abuelo empezó a recibir notificaciones de compras y movimientos en sus cuentas que no había realizado.

Estas incluían pedidos de supermercado, servicios de delivery, compras de ropa y incluso bebidas alcohólicas. La sospecha creció cuando el anciano se dio cuenta de que no tenía sus tarjetas en su cartera, lo que le hizo atar cabos y sospechar de Candela, quien en ese momento ya no estaba en la vivienda.

La investigación, llevada a cabo por la Unidad Fiscal de Delitos contra la Propiedad, reveló que la joven había utilizado la tarjeta para realizar múltiples compras en diferentes comercios y plataformas digitales en varias ciudades del país.

La suma total de los gastos superó los 250.000 pesos argentinos, una cantidad que en euros, a una tasa de cambio aproximada de 120 pesos por euro, equivale a cerca de 2.100 euros.

Este tipo de delitos no solo generan pérdidas económicas, sino que también afectan la confianza en las relaciones familiares y sociales. La historia de Candela se suma a una serie de casos similares en los que jóvenes, en ocasiones por motivos económicos o por impulsos, cometen delitos que terminan en procesos judiciales.

Finalmente, la joven fue imputada por hurto, y tras una investigación exhaustiva, llegó a un acuerdo con la fiscalía para evitar un juicio largo y costoso.

Como parte del acuerdo, Candela se comprometió a devolver la totalidad de los fondos sustraídos, además de cumplir con una condena de 25 horas de servicio comunitario sin remuneración.

Este caso remarca la importancia de mantener medidas de seguridad en las relaciones familiares y cuidar la privacidad de los datos bancarios, especialmente en un contexto donde el uso de plataformas digitales para compras y transacciones crece constantemente.

La historia también pone de manifiesto la importancia de la prevención y de actuar rápidamente ante cualquier sospecha de fraude o robo, para evitar mayores pérdidas económicas y emocionales.

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