El pontífice llamó la atención mundial al bendecir un fragmento de hielo de más de 20.000 años, en una conferencia dedicada a concienciar sobre los efectos del calentamiento global y el derretimiento de los glaciares.

El Papa León XIV ha causado revuelo a nivel internacional tras realizar un acto simbólico que busca generar conciencia sobre la crisis climática que enfrenta el planeta.

En el marco de la conferencia titulada «Brindando Esperanza en el Cambio Climático», celebrada en Castel Gandolfo en conmemoración del décimo aniversario de la publicación de la encíclica Laudato si’ por parte del Papa Francisco en 2015, el pontífice bendijo un bloque de hielo proveniente de Groenlandia.

Este acto ha sido considerado por expertos y activistas como una de las acciones más impactantes en la lucha por visibilizar los efectos del calentamiento global.

La conferencia reunió a figuras internacionales como Arnold Schwarzenegger, exgobernador de California y reconocido activista medioambiental, así como Marina Silva, ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil.

La presencia de estos líderes refleja la creciente preocupación global por la crisis climática y la necesidad de tomar acciones concretas.

El momento central del evento fue cuando el Papa León XIV, tras pronunciar un discurso, bendijo un fragmento de hielo que tiene más de 20.000 años de antigüedad, desprendido del glaciar de Groenlandia, específicamente del fiordo Nuup Kangerlua. Presuntamente, dicho bloque de hielo se encontraba en proceso de derretimiento en el océano, después de desprenderse del manto glaciar a causa del aumento de las temperaturas.

La pieza fue transportada a Roma por el artista Olafur Eliasson, conocido por sus obras que buscan sensibilizar sobre el cambio climático, con el apoyo del geólogo Minik Rosing, quien ha estudiado extensamente los glaciares de Groenlandia.

Durante la ceremonia, el Papa expresó en sus palabras: «Señor de la vida, bendice esta agua: que despierte nuestros corazones, purifique nuestra indiferencia, calme nuestro dolor y renueve nuestra esperanza».

Estas palabras, recogidas por Vatican News, buscan generar una reflexión profunda sobre la relación del ser humano con la naturaleza y la urgencia de actuar frente a la crisis ambiental.

Supuestamente, el acto del Papa no solo fue simbólico, sino que también busca inspirar a líderes y comunidades en todo el mundo a tomar medidas concretas para frenar el acelerado derretimiento de los glaciares.

La pérdida de estos gigantes de hielo, que contienen una gran cantidad de agua dulce, amenaza con elevar los niveles del mar en las próximas décadas, poniendo en riesgo a millones de personas en todo el mundo.

Cabe destacar que Groenlandia, cuya superficie en su mayor parte está cubierta por hielo, ha estado experimentando un aumento en la tasa de derretimiento en los últimos años.

La comunidad científica advierte que si no se toman acciones inmediatas, el deshielo acelerado podría tener consecuencias catastróficas para el equilibrio del planeta.

La acción del Papa, supuestamente, busca poner en el centro del debate la responsabilidad moral de la humanidad frente a estos cambios.

En resumen, la iniciativa del Papa León XIV ha generado un impacto mediático significativo y ha puesto en evidencia la urgencia de actuar frente a la crisis climática, utilizando un acto simbólico que conecta la fe y la ciencia en una misma causa: proteger nuestro hogar común.