Las autoridades sanitarias de Euskadi refuerzan la planificación para mantener la calidad en la atención primaria durante las fiestas navideñas, abordando las ausencias de profesionales y la temporada de infecciones respiratorias.
En el País Vasco, los equipos de Osakidetza, el sistema de salud pública de la región, están preparando intensamente sus planes para afrontar la época navideña y garantizar una atención sanitaria continua y de calidad para toda la ciudadanía.
Esta planificación se enmarca en un esfuerzo por minimizar los efectos de las ausencias de profesionales durante las vacaciones y hacer frente a un posible incremento en la demanda asistencial debido a infecciones respiratorias como la gripe y el COVID-19.
El pasado verano, Osakidetza implementó un plan de contingencia que logró cubrir prácticamente el 100% de los servicios y categorías profesionales involucradas en la atención primaria, logrando mantener los estándares necesarios incluso en periodos de alta demanda.
Durante esos meses, la cobertura del personal médico alcanzó aproximadamente el 85%, en un contexto donde la escasez de profesionales era una preocupación significativa.
Para compensar esta situación, se promovieron contrataciones de profesionales residentes, ajustes en las jornadas laborales y cambios en los horarios del personal, logrando así garantizar la continuidad asistencial.
De cara a Navidad, el plan de contingencia se refuerza con medidas específicas diseñadas para mantener la operatividad habitual de los centros de salud.
La mayoría de estos centros adaptaron sus horarios solo unos días antes de las fiestas, modificando su atención de las 8:00 a 17:00 horas en lugar de hasta las 20:00, con el fin de optimizar recursos y disponer de un personal suficiente para atender a los pacientes.
Entre las acciones previstas, se encuentra la incorporación de profesionales adicionales en los centros con mayor carga de trabajo, la reorganización de turnos y horarios para maximizar la disponibilidad del personal, y la coordinación entre las distintas Organizaciones de Servicios Integrados (OSIs) de Osakidetza, con el objetivo de responder de manera rápida y efectiva a cualquier eventualidad.
Además, se realizará un seguimiento semanal de la situación, evaluando incidencias, ajustes en los turnos y la previsión de cobertura, asegurando que se mantengan los niveles de calidad en la atención.
Este esfuerzo conjunto refleja el compromiso del personal de atención primaria y la gestión sanitaria en Euskadi, que ha demostrado una gran capacidad de adaptación y colaboración en los últimos años.
La pandemia del COVID-19 y la presión de otros virus respiratorios en temporadas anteriores han impulsado a las autoridades a fortalecer los planes de contingencia, con un enfoque en la prevención y la capacidad de respuesta.
El sistema de salud vasco, que data de principios del siglo XX, ha sido reconocido por su eficiencia y orientación al paciente. Actualmente, la región cuenta con un sistema universal de salud financiado públicamente, similar en estructura a otros modelos europeos como el del Reino Unido o Alemania.
La inversión en salud en Euskadi representa aproximadamente un 7% de su Producto Interior Bruto (PIB), traducido en recursos que oscilan en torno a los 3500 millones de euros anuales.
La vigilancia epidemiológica continúa siendo fundamental. Osakidetza monitorea diariamente la situación de las infecciones respiratorias y la demanda en urgencias, ajustando sus planes según las circunstancias.
La experiencia adquirida en la gestión de la pandemia ha consolidado la capacidad del sistema para responder con rapidez y eficacia ante cualquier crisis sanitaria, garantizando que los ciudadanos puedan recibir atención adecuada incluso en períodos de alta carga asistencial.