Con motivo del Día Mundial del Corazón, Euskadi destaca la importancia de la prevención, la detección temprana y los hábitos saludables para reducir la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, incidendo en la salud de las mujeres. La campaña 'Corazones con vida' busca crear conciencia sobre los síntomas específicos en mujeres y la necesidad de actuar rápidamente ante posibles infartos.

El 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, una fecha que en Euskadi cobra especial relevancia ante la alta incidencia de enfermedades cardiovasculares.

Estas patologías representan la principal causa de mortalidad entre las mujeres en la región, motivo por el cual el Gobierno Vasco y Osakidetza han decidido centrar sus esfuerzos en promover la prevención, la educación en hábitos saludables y la detección temprana.

Históricamente, las enfermedades cardiovasculares han sido la principal causa de fallecimientos a nivel global, y en el caso de Euskal Herria, la tendencia no ha sido diferente.

Datos recientes ubican estas afecciones como responsables de aproximadamente el 30% de las muertes en la comunidad, situándolas por encima de otras causas como el cáncer o las enfermedades respiratorias.

Por ejemplo, en 2023, unas 4.200 personas perdieron la vida por motivos relacionados con patologías del corazón y los vasos sanguíneos, con un predominio en mujeres. En ese mismo año, más de 4.300 infartos agudos de miocardio y unas 5.500 anginas de pecho fueron diagnosticadas en la región, predominando en pacientes de entre 46 y 75 años.

El perfil de las enfermedades cardiovasculares abarca una serie de trastornos que afectan al músculo cardíaco y a los vasos sanguíneos, como la hipertensión arterial, la enfermedad coronaria, la insuficiencia del corazón, así como los accidentes cerebrovasculares.

La suma de estos problemas está vinculada a factores de riesgo modificables como el tabaquismo, la diabetes, el colesterol alto, la obesidad, el estrés, el sedentarismo y la hipertensión arterial.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que hasta un 80% de estas muertes podrían prevenirse si se lograran estrategias efectivas de control y cambios en el estilo de vida.

Consciente de esta realidad, Osakidetza ha puesto en marcha un completo Programa de Detección de Riesgo Cardiovascular dirigido a la atención primaria, con la finalidad de identificar precozmente a los individuos en riesgo y recomendar medidas personalizadas.

Entre estas, destacan la adopción de una alimentación equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico, la reducción del consumo de alcohol y tabaco, así como el control periódico de la tensión arterial, los niveles de colesterol y glucosa en sangre.

Este año, en línea con una perspectiva de género, la campaña titulada 'Corazones con vida' busca sensibilizar especialmente a las mujeres, quienes presentan síntomas muchas veces diferentes a los de los hombres en caso de infarto.

En ellas, los síntomas pueden manifestarse como dolor opresivo en el pecho, molestias en la parte superior del vientre, mandíbula, cuello o espalda, además de náuseas, fuertes mareos, sensación de cansancio extremo o ansiedad.

La conciencia temprana de estos signos, junto a la rápida acción de llamar a emergencias, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

El Departamento de Salud recuerda que en caso de sospecha de infarto, la prioridad debe ser llamar inmediatamente al 112 (en euros, unos 0,92€) y no tratar de desplazarse por cuenta propia.

Solo la rápida atención puede mejorar significativamente las tasas de supervivencia y reducir las secuelas a largo plazo.

Asimismo, la red sanitaria vasca cuenta con protocolos estandarizados, como el 'Código Infarto', que aseguran una respuesta óptima sin importar dónde ocurra el evento o cómo se contacte con el sistema sanitario.

La implementación de estos protocolos responde a la estrategia europea de atención rápida en las patologías que dependen del tiempo, dada su estrecha relación con la reducción de mortalidad y discapacidades.

Impulsar estilos de vida saludables y promover la detección temprana son claves para luchar contra esta epidemia silenciosa. La aceptación de estos cambios, junto con la información accesible en plataformas como Osasun Eskola, puede ayudar a reducir la prevalencia y el impacto de las enfermedades cardiovasculares en Euskadi, donde se apuesta por una ciudadanía más informada y activa en la protección de su salud.