Euskadi se ubica a la cabeza en atención psiquiátrica en España, con una ratio de 15 profesionales por cada 100.000 habitantes. En conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental, las autoridades sanitarias reiteran su compromiso con fortalecer la red de salud mental a través de iniciativas y proyectos estratégicos que buscan reducir el estigma y ampliar recursos. La región dispone de amplios recursos asistenciales y trabaja en colaboración con expertos nacionales e internacionales para ofrecer una atención integral y de calidad.

El próximo 10 de octubre se celebra en todo el mundo el Día Mundial de la Salud Mental, una jornada que en Euskadi cobra especial relevancia debido a los avances en la atención psiquiátrica y los esfuerzos por mejorar los recursos y servicios disponibles para la población.

La región se posiciona como una de las comunidades con mayor ratio de profesionales especializados en salud mental en España, alcanzando un promedio de 15 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, según datos recientes del Departamento de Salud del Gobierno Vasco. Esta cifra coloca a Euskadi a la vanguardia del país y refleja un compromiso sostenido con la atención integral en salud mental, resaltando la importancia de un abordaje multidisciplinar y cercano a las necesidades sociales.

Desde hace varias décadas, Euskadi ha desarrollado una sólida red de salud mental que cuenta con aproximadamente 1.600 profesionales en Osakidetza, el sistema de salud pública vasco. Esta red incluye cuatro hospitales psiquiátricos con un total de 450 camas, 23 hospitales de día y cerca de 50 centros que atienden trastornos en la salud mental de adultos, niños y jóvenes, además de servicios especializados en adicciones y programas comunitarios de tratamiento asertivo.

La infraestructura y los recursos permiten atender en el año 2024 a más de 120.000 pacientes, con aproximadamente 30.000 primeras consultas y medio millón de visitas sucesivas, evidenciando un compromiso profundo con la atención temprana y la recuperación.

Es importante destacar que, en los últimos años, se ha producido un cambio cultural en Euskadi respecto a la percepción de las enfermedades mentales.

La lucha contra el estigma ha impulsado una mayor demanda de atención y ha generado que las instituciones sanitarias desarrollen proyectos estratégicos para abordar problemas sociales de alta incidencia.

Entre estos destaca el programa BIZI, que ha formado a más de 3.700 agentes sociales para detectar y brindar apoyo a personas en riesgo, una iniciativa que ha sido reconocida por la Unión Europea como un ejemplo prometedor en salud mental.

Además, Euskadi trabaja en la intervención precoz en episodios psicóticos con el proyecto Lehenak, que ayuda a unas 300 personas cada año a recibir atención temprana e integral.

En el ámbito de los trastornos de conducta alimentaria, la comunidad dispone de unidades específicas en Araba y Bizkaia, que gestionan cerca de 8.000 consultas anuales, brindando atención rápida y especializada para prevenir complicaciones graves.

Estas acciones forman parte de una estrategia integral que busca fortalecer la red asistencial, reducir los tiempos de espera y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por trastornos mentales.

La colaboración con expertos nacionales e internacionales, así como la inversión en formación y recursos, son elementos clave para consolidar un sistema de salud mental inclusivo y con visión de futuro.

Euskadi continúa trabajando en la elaboración de una propuesta a finalizarse a finales de año, en la que participarán profesionales de distintas disciplinas y pacientes, con el objetivo de potenciar aún más la atención y recuperación en salud mental.

La región busca también promover una cultura de bienestar psicológico desde la infancia, para prevenir problemas futuros y garantizar un entorno saludable para toda su población, que ahora cuenta con una ratio de psiquiatras que supera en número a muchas regiones de Europa, donde las medias suelen estar en torno a 10 especialistas por cada 100.000 habitantes. En conclusión, Euskadi no solo se destaca por su infraestructura y recursos, sino también por su apuesta decidida por una política de salud pública que prioriza el bienestar mental y la inclusión social.