Se presenta una guía para ayudar a los municipios vascos a realizar un análisis de género en los Planes Generales de Ordenación Urbana.

En Euskadi, se ha lanzado una nueva iniciativa destinada a asistir a los gobiernos locales en la evaluación del impacto de género en la planificación urbana.

Esto se enmarca dentro de la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres, la cual establece la necesidad de realizar un análisis de género en la elaboración de los Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU).

Con este fin, Emakunde, el Instituto Vasco de la Mujer, ha publicado una guía que sirve como herramienta para que las entidades locales puedan llevar a cabo una evaluación minuciosa de la situación urbana desde una perspectiva de género, con el objetivo de identificar y mitigar los sesgos que puedan afectar a la igualdad en el uso y disfrute de los espacios públicos.

El desarrollo de esta guía ha sido resultado de un proceso participativo en el que han colaborado expertos en urbanismo, medio ambiente e igualdad, además de contar con la contribución del Departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco, así como de las diputaciones forales y de municipios a través de la asociación EUDEL.

La guía está diseñada para ser una herramienta accesible para los profesionales encargados de garantizar el cumplimiento de esta normativa, teniendo en consideración las realidades locales de cada municipio.

Su finalidad es facilitar la implementación de políticas que favorezcan la igualdad y promuevan mejoras significativas en el entorno urbano.

La Ley para la Igualdad no solo requiere la realización de este tipo de evaluaciones, sino que también estipula que deben integrarse medidas concretas para eliminar desigualdades y promover la equidad.

Este enfoque es crucial, ya que las evaluaciones previas buscan neutralizar impactos negativos que los PGOU puedan tener sobre la vida de mujeres y hombres, contribuyendo así a la reducción de desigualdades de género.

En la práctica, la guía plantea diversas cuestiones que deben ser consideradas por los responsables de la redacción de los PGOU, incluyendo el análisis de la estructura del espacio urbano, el acceso al equipamiento, la movilidad, la seguridad percibida y la disponibilidad de vivienda.

Estos factores son fundamentales para asegurar que el diseño urbano no reproduzca ni refuerce desigualdades de género, sino que, por el contrario, promueva un entorno inclusivo y equitativo.

Es importante recordar que la historia de la movilidad y el uso del espacio urbano ha estado marcada por desigualdades.

Durante décadas, las ciudades han sido diseñadas con una visión que a menudo ignora las necesidades específicas de grupos de la población, como es el caso de las mujeres.

Los cambios en la legislación y la implementación de guías como la de Emakunde representan un paso significativo hacia una transformación en la percepción y el diseño de nuestros entornos urbanos, buscando garantizar que todos y todas tengan derecho a disfrutar de la ciudad en igualdad de condiciones.

En resumen, el impulso que Euskadi está dando a la incorporación de la perspectiva de género en la planificación urbana no solo es un avance hacia una sociedad más justa, sino que también promete enriquecer la calidad de vida de todos sus habitantes.