En Euskadi, se realizan entregas de restos mortales de víctimas de la Guerra Civil, incluyendo nuevos casos y avances en la identificación de restos exhumados en Orduña. La iniciativa busca reconocer y honrar a las víctimas mediante procesos de identificación genética y actos oficiales en diferentes localidades. La labor forma parte del Programa de Búsqueda e Identificación de Personas Desaparecidas, que ha permitido hasta ahora identificar a 23 víctimas de un total de 93 recuperadas en el cementerio de Orduña.

En el País Vasco, las labores para la recuperación y reconocimiento de las víctimas de la Guerra Civil española continúan avanzando, en un esfuerzo conjunto que combina trabajo forense, reconocimiento social y justicia histórica.

Desde 2014, cientos de restos de víctimas han sido exhumados en el cementerio de Orduña, ubicado en la provincia de Bizkaia, donde yacen los restos de personas que murieron en condiciones relacionadas con la represión franquista.

Hasta la fecha, se han identificado genéticamente a 23 de las 93 víctimas recuperadas, con la esperanza de completar en los próximos años el proceso de reconocimiento de todas ellas.

La identificación de los restos se realiza mediante técnicas de ADN comparadas con muestras suministradas por familiares de las víctimas. Este proceso requiere la colaboración y colaboración de descendientes, quienes aportan muestras que permiten ampliar la base de datos ADN del Gogora, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos del País Vasco.

Entre las víctimas recientemente identificadas se encuentran personas cuyos restos permanecían en el Columbario de la Dignidad de Orduña, una especie de memorial que alberga restos exhumados para facilitar su futura identificación.

La recuperación y reconocimiento de estas víctimas no solo sirve para cerrar heridas familiares, sino que además contribuye a mantener viva la memoria histórica y promover la reconciliación social.

El proceso ha permitido también que se realicen actos públicos de entrega en diferentes localidades. Por ejemplo, esta semana, la consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, tiene previsto acudir a varios municipios de Badajoz y Ciudad Real para entregar los restos de algunas víctimas.

En Medellín, en Badajoz, hoy se entregará en privado los restos de Antonio Monge Crucera, un agricultor de 58 años que fue trasladado a la prisión de Orduña en 1940 y falleció en abril de 1941.

La familia de Monge Crucera ha manifestado su gratitud por este reconocimiento, que trae un cierre emotivo a décadas de espera.

También, mañana, en el cementerio de San Juan, en Badajoz, se entregarán los restos de Manuel Gutiérrez, un guardia civil de 42 años que estuvo preso en varias instalaciones franquistas y murió en 1941.

Igualmente, en Mirandilla, el equipo del Instituto depositará los restos de Miguel Fuertes, un joven agricultor que falleció en prisión en mayo de 1941, por causas relacionadas con su estado de salud.

Otro avance significativo ha sido la identificación del caso de Mariano Gutiérrez Segura, natural de Argamasilla de Calatrava, quien fue encarcelado en junio de 1939 y trasladado a la prisión de Orduña en 1940.

Falleció en mayo de 1941, y sus restos también han sido identificados genéticamente, permitiendo así devolverle a su familia su dignidad y un lugar de descanso.

Estos procesos forman parte del programa de búsqueda, exhumación e identificación impulsado por Gogora, que desde hace años trabaja en el reconocimiento de las víctimas del franquismo, ayudando a cerrar capítulos oscuros de la historia española y promoviendo la memoria democrática.

Además, el programa cuenta con la colaboración de diversas instituciones científicas, como el laboratorio genético de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), y organizaciones forenses que realizan las exhumaciones y análisis antropológicos.

La comunidad y las instituciones reiteran su compromiso en localizar, identificar y honrar a todas las víctimas, en un acto de justicia y memoria que trasciende el tiempo.

La exhumación y reconocimiento de estos restos son pasos fundamentales en la reparación histórica, y un ejemplo del trabajo que continúa en la búsqueda de la verdad y la dignidad para quienes sufrieron en aquellos años de represión.