El Gobierno Vasco anuncia la entrada en una nueva fase de desescalada, en la que coordina acciones y recupera la gestión directa de recursos y servicios, tras la reunión del LABI. La región sigue mostrando prudencia pese a los avances, mientras investiga las causas del último apagón eléctrico.

El Gobierno Vasco ha informado este día que Euskadi ha iniciado una nueva etapa en su proceso de desescalada, tras la reunión del LABI (Laboratorio de Emergencias y Seguridad).

Según anunció el Lehendakari Imanol Pradales, la región ha pasado a la Fase de Emergencia situación 1, lo que significa un cambio significativo en la gestión de recursos y servicios en la comunidad.

Este paso implica que, aunque el Gobierno Vasco continúa coordinando y apoyando a las instituciones, las diferentes entidades comienzan a recuperar el control directo sobre sus recursos y operaciones, marcando así un avance hacia una mayor normalidad.

Pradales destacó que, a pesar de este progreso, la situación aún requiere cautela y una actitud prudente por parte de todos. La fase de emergencia implica mantenerse atento ante cualquier eventualidad y seguir respetando las indicaciones de seguridad.

El mandatario valoró el esfuerzo de la mesa técnica del LABI, que en las últimas 24 horas ha trabajado sin descanso para garantizar la seguridad y la respuesta eficaz ante las emergencias.

Además, resaltó el trabajo del departamento de Seguridad, que ha mantenido a la ciudadanía informada en todo momento, lo cual ha sido clave para gestionar la crisis.

Uno de los incidentes más recientes que ha afectado a Euskadi fue un apagón eléctrico que causó daños materiales considerables en distintas zonas, pero afortunadamente sin víctimas personales.

Pradales señaló que, aunque en las primeras horas se temía lo peor, la respuesta del sistema de emergencias ha sido ejemplar, permitiendo controlar la situación sin que hubiera que lamentar pérdidas humanas.

Sobre las causas del apagón, el Lehendakari comentó que todavía se desconoce el motivo exacto tras 24 horas del incidente. La importancia de conocer las causas radica en poder implementar medidas preventivas para evitar que vuelve a suceder en el futuro. La infraestructura crítica, como hospitales, servicios sociales y entidades de protección civil, funcionaron con normalidad gracias a los planes de contingencia previamente establecidos.

Esto ha sido un reflejo del esfuerzo que Euskadi ha realizado en los últimos 41 años para fortalecer su sistema de emergencias y garantizar la seguridad en momentos difíciles.

Pradales enfatizó que, aunque ha habido avances, todas las instituciones deben seguir aprendiendo y perfeccionando sus procedimientos, revisando protocolos y realizando evaluaciones continuas.

La voluntad es mejorar continuamente y estar mejor preparados ante cualquier posible emergencia.

El Lehendakari hizo un llamado a la ciudadanía para evitar la desinformación y seguir transmitiendo confianza y seguridad. Finalmente, agradeció a todos los trabajadores y trabajadoras que han participado en la gestión de esta crisis: personal sanitario, de emergencias, fuerzas policiales, bomberos, técnicos, voluntariado en protección civil, personal de empresas de transporte como Euskotren, Metro y RENFE, así como a los medios de comunicación, que han sido fundamentales para mantener informada a la sociedad en todo momento.

Este tipo de eventos no solo ponen de manifiesto la importancia de un sistema de emergencias robusto, sino que también evidencian cómo Euskadi, con su larga experiencia en gestión de crisis, continúa perfeccionando sus mecanismos para afrontar desafíos futuros con eficiencia y responsabilidad.

La gestión de emergencias en Euskadi ha sido un modelo referencia a nivel nacional e internacional, demostrando que la coordinación, la preparación y la colaboración son claves para garantizar la seguridad de toda la población.