La Consejera de Alimentación del Gobierno Vasco, Amaia Barredo, solicita una revisión de las restricciones en los fondos europeos para facilitar ayudas a pescadores jóvenes y para la modernización de barcos y motores. La iniciativa busca mejorar las condiciones del sector pesquero vasco, promoviendo la sostenibilidad y la renovación de la flota.
En el ámbito pesquero del País Vasco, actualmente existe una limitación que impide recibir apoyo financiero en la adquisición de barcos que superen los 24 metros de eslora, una restricción que la Consejera de Alimentación, Amaia Barredo, considera carente de lógica y justificación.
Esta medida, que forma parte del Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (FEMPA), restringe de manera significativa las opciones de los jóvenes pescadores que desean renovar o ampliar su flota.
Amaia Barredo, quien además es una activa defensora de la modernización y sostenibilidad en el sector pesquero vasco, ha solicitado formalmente al Comisario europeo de Pesca, Costas Kadis, la revisión de estas normas.
La propuesta busca eliminar la restricción que limita las ayudas a barcos de hasta 24 metros, dado que en Euskadi, las titulaciones mínimas que obtiene el sector permiten patronear embarcaciones de hasta 32 metros, lo que evidencia una disparidad entre la regulación y las competencias reales.
Esta medida restrictiva ha generado también un impacto negativo en las ayudas para el cambio de motores en los barcos pesqueros. Actualmente, no se conceden ayudas públicas para la adquisición de nuevos motores en embarcaciones de más de 24 metros, a pesar de que estos barcos suelen ser los más grandes, los que más consumen y los que más huella ecológica generan.
La consejera ha insistido en que sería fundamental suprimir esta limitación con el fin de promover motores más respetuosos con el medio ambiente, lo que contribuiría a una pesca más sostenible.
La propuesta de Barredo forma parte de un plan a largo plazo que pretende reformar el fondo de pesca para el período 2028-2035. Entre los objetivos de este nuevo marco financiero figuran el apoyo a la construcción de barcos con mejores condiciones de trabajo y habitabilidad, y la incorporación de motores más eficientes.
La visión es que la capacidad de los barcos no se mida únicamente por su tonelaje bruto o potencia, sino también por su capacidad de captura, limitada por las cuotas asignadas, y que el apoyo público ayude a transformar la flota hacia modelos más sostenibles y tecnológicamente avanzados.
Durante la reunión en Madrid, en la que participaron diversos responsables del sector y representantes institucionales, Barredo también destacó la importancia de introducir gradualmente mayor flexibilidad en los planes de gestión de especies y cuotas.
La planificación a largo plazo debería contemplar ajustes a la baja en las capturas para garantizar la conservación de los recursos marinos, permitiendo a la vez que el sector pesquero se adapte de manera eficiente.
Desde la perspectiva histórica, estos fondos y políticas han sido claves para revitalizar y modernizar la pesca en la Unión Europea, especialmente tras la implementación del Fondo Europeo de Pesca en los años 70, que buscaba reducir la sobreexplotación de recursos y mejorar las condiciones laborales en el sector pesquero.
Sin embargo, las restricciones actuales evidencian la necesidad de ajustar la normativa para que responda a las realidades del sector y promueva una actividad pesquera más sostenible.
El FEMPA, que reemplazó en 2021 al Fondo Europeo de Pesca, establece prioridades específicas, entre ellas la promoción de la pesca sostenible, la protección de los recursos biológicos, y la innovación en acuicultura y transformación de productos.
La consejera vasca subrayó que estos fondos deben mantenerse separados del resto de los fondos estructurales europeos, para garantizar que se destinen específicamente a los objetivos del sector pesquero, en consonancia con los acuerdos internacionales y la política marítima de la UE.
En definitiva, la iniciativa del Gobierno Vasco pretende facilitar que jóvenes pescadores puedan acceder a financiación para renovar su flota y motores, promoviendo una actividad más respetuosa con el medio ambiente y más competitiva.
La expectativa es que, con estas modificaciones, el sector pesquero vasco pueda afrontar con mayor resiliencia los desafíos económicos y ecológicos del siglo XXI, manteniendo su tradición y adaptándose a las nuevas demandas globales de sostenibilidad y innovación.