El Departamento de Justicia y Derechos Humanos de Euskadi continúa promoviendo el programa Etikasi, que desde 2019 busca sensibilizar a jóvenes sobre derechos humanos y convivencia a través de visitas a lugares históricos conflictivos en Irlanda del Norte y Euskadi. La iniciativa, que ha formado a más de 120 jóvenes, incluye viajes y formación en valores democráticos, fomentando el análisis crítico de hechos históricos y promoviendo una cultura de paz y reconocimiento de derechos. Los participantes, procedentes de diferentes ámbitos académicos, visitan sitios emblemáticos y participan en debates y actividades que resaltan la importancia de la memoria, la paz y la justicia en sociedades democráticas.

El Gobierno Vasco, a través del Departamento de Justicia y Derechos Humanos, ha mantenido desde 2019 la iniciativa Etikasi, un programa destinado a promover la reflexión y el aprendizaje en torno a los derechos humanos y la convivencia en la juventud vasca.

La iniciativa se ha consolidado como una de las estrategias clave para fomentar una cultura de paz y respeto en una sociedad marcada por conflictos históricos y sociales.

Desde su inicio, más de 120 jóvenes entre 18 y 30 años han participado en diferentes ediciones del programa, que combina visitas a lugares significativos en Irlanda del Norte y Euskadi, así como sesiones formativas y debates sobre derechos humanos.

El objetivo principal del programa es ofrecer a los participantes una visión profunda y crítica de los procesos históricos que han marcado la historia reciente de estas regiones, en particular los conflictos políticos y sociales que han llevado a violaciones de derechos humanos.

Las visitas a sitios emblemáticos como Belfast, Derry y otros enclaves de Irlanda del Norte, así como localidades vascas afectadas por la violencia, permiten a los jóvenes comprender in situ las raíces y consecuencias de estos conflictos.

El programa también contempla un componente formativo, que en el caso de las jóvenes y jóvenes que viajan, incluye un curso previo impartido por la Fundación Baketik en Bilbao.

Este aprendizaje previo busca dotar a los participantes de las herramientas necesarias para analizar críticamente los hechos históricos y fomentar un compromiso activo con la memoria, la justicia y la paz.

Además de las visitas internacionales, Etikasi realiza actividades locales, como visitas a Pasaia y Errenteria, y sesiones de reflexión sobre la historia reciente de Euskadi.

Es importante destacar que, aunque las ediciones de 2020 y 2021 se vieron afectadas por la pandemia de COVID-19, el programa no se suspendió, sino que se adaptó mediante actividades virtuales y visitas locales para mantener vivo el espíritu de la iniciativa.

El valor pedagógico de Etikasi radica en su enfoque experiencial. La directora de Derechos Humanos y Atención a Víctimas del Departamento, Ainhoa Zugasti, ha resaltado que “el programa ofrece a los jóvenes una experiencia educativa única, donde pueden comprender y vivir los derechos humanos en primera persona, promoviendo la empatía, la memoria y el compromiso con la paz”.

La participación activa en debates y visitas a lugares de memoria ayuda a fortalecer los valores democráticos y el respeto por los derechos fundamentales.

En paralelo, el programa también ha incluido una modalidad dirigida a estudiantes de 1º de Bachillerato, quienes entre el 17 y el 20 de junio visitaron Cracovia y el campo de concentración de Auschwitz en Polonia, con un fin similar de sensibilización sobre los horrores del totalitarismo y la importancia de la memoria histórica.

Históricamente, iniciativas similares en Europa han contribuido a la reconciliación, justo después de la Segunda Guerra Mundial, con programas educativos que buscan evitar que las generaciones futuras repitan los errores del pasado.

La Comisión Europea y diferentes organismos internacionales han promovido programas educativos similares, reconociendo que la educación en derechos humanos y memoria histórica es esencial para consolidar sociedades democráticas y pacíficas.

En suma, Etikasi se ha establecido como un pilar en la estrategia del Gobierno Vasco para promover una ciudadanía consciente, comprometida con la paz y la justicia social, en un contexto donde la memoria y el diálogo son fundamentales para construir un futuro más justo y respetuoso con los derechos humanos.