En la región del País Vasco, Kontsumobide – el Instituto Vasco de Consumo – ha detectado un incremento en los casos de fraudes que se realizan a través de mensajes de texto (SMS).

Estas campañas de engaño se han intensificado en los últimos meses, aprovechando la vulnerabilidad de los usuarios frente a las tecnologías móviles y aumentando la conciencia sobre la ciberseguridad.

Uno de los tipos de estafa más frecuentes consiste en el envío de mensajes donde los delincuentes se hacen pasar por hijos o hijas de la víctima, solicitando ayuda económica mediante plataformas de pago instantáneo como Bizum o transferencias bancarias.

En estos mensajes, los agresores suelen alegar situaciones de emergencia, como estar en apuros o haber cambiado de número de teléfono móvil, con el objetivo de inducir a la víctima a actuar rápidamente y sin reflexión.

Estos fraudes no son un fenómeno aislado, sino que forman parte de un patrón que ha ido en aumento desde hace varios años. La ciberdelincuencia se ha convertido en una de las mayores amenazas a nivel global, con números que reflejan su expansión y sofisticación. Según datos de la Policía Nacional y el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), solo en 2022 se registraron un incremento cercano al 40% en denuncias relacionadas con fraudes electrónicos a nivel nacional, cifras que se reflejan también en Euskadi.

La popularización del uso de los smartphones ha facilitado la proliferación de estos delitos, que suelen aprovechar la confianza y la emoción de las víctimas.

Para entender el contexto, es importante recordar que la ciberdelincuencia ha evolucionado considerablemente en las últimas décadas. Desde los primeros ataques de virus informáticos en los años 80, como el famoso