Uber anuncia una inversión millonaria en Lucid Motors para lanzar vehículos eléctricos autónomos en Estados Unidos, marcando un nuevo capítulo en la carrera por los coches sin conductor. La alianza con Nuro promete transformar el transporte urbano y recuperar el liderazgo en movilidad autónoma.
En un movimiento que ha capturado la atención del sector tecnológico y automotriz, Uber ha anunciado una inversión de aproximadamente 270 millones de euros (equivalente a 300 millones de dólares) en Lucid Motors, un fabricante de vehículos eléctricos de lujo, con el objetivo de lanzar taxis autónomos en varias ciudades de Estados Unidos.
La alianza también involucra a Nuro, una startup especializada en tecnología de conducción autónoma, en un proyecto que podría revolucionar el transporte urbano en los próximos años.
Esta inversión marca un giro estratégico para Uber, que tras su salida del negocio de automóviles autónomos en 2020, ha optado por colaborar con empresas tecnológicas y fabricantes de vehículos para recuperar su posición en la carrera por los taxis sin conductor.
La iniciativa contempla la adquisición y despliegue de más de 20,000 SUVs Lucid Gravity equipados con tecnología de conducción autónoma de Nuro, en un período de seis años, comenzando en 2026.
Se espera que estos vehículos operen en una o varias ciudades principales, ofreciendo un servicio de transporte sin conductor que podría reducir costos y mejorar la eficiencia.
Supuestamente, este movimiento forma parte de una estrategia más amplia para competir con otras empresas como Waymo, una de las pioneras en vehículos autónomos, que ya opera en varias ciudades de EE.UU. y ha alcanzado más de 100 millones de millas recorridas de forma autónoma. Tesla, por su parte, ha iniciado pruebas limitadas con sus vehículos Model Y en Austin, Texas, y pretende expandir su servicio de robotaxis en diferentes urbes del país.
El acuerdo con Lucid y Nuro también refleja la reanudación de los esfuerzos de Uber en el mercado de vehículos autónomos, tras haber vendido su división de autos autónomos en 2020.
La empresa ha señalado que invertirá en total unos 270 millones de euros en la compañía de vehículos eléctricos y en la tecnología de Nuro, que ha estado desarrollando sistemas de conducción autónoma desde sus inicios con ingenieros que anteriormente trabajaron en Waymo.
Supuestamente, Lucid, que en su momento fue vista como una rival directa de Tesla en el segmento de coches eléctricos de lujo, ha visto cómo sus acciones han subido un 26% tras el anuncio, recuperando parte del valor perdido en los últimos meses.
La firma también había propuesto realizar un split inverso de sus acciones para mejorar su liquidez en bolsa.
Históricamente, Uber había apostado por desarrollar su propia tecnología de conducción autónoma, pero los altos costes, las regulaciones estrictas y las investigaciones federales llevaron a la compañía a replantearse su estrategia.
Ahora, con alianzas estratégicas y colaboraciones, busca aprovechar la innovación de terceros para acelerar la llegada de sus taxis autónomos.
Por otro lado, Nuro, fundada por exingenieros de Waymo, ha expandido su negocio desde la entrega de última milla a vehículos que pueden ser usados como taxis autónomos.
Dave Ferguson, cofundador de Nuro, afirmó que mantienen conversaciones activas para integrar su tecnología en vehículos destinados a consumidores finales, además de su aplicación en servicios comerciales.
Supuestamente, este acuerdo también podría marcar un precedente en la regulación del sector, que aún enfrenta obstáculos a nivel estatal y federal para la operación de vehículos autónomos en las calles.
Sin embargo, la expectación es alta, ya que esta inversión y colaboración podrían acelerar la adopción masiva de taxis sin conductor en Estados Unidos y posiblemente en Europa en los próximos años, si las regulaciones lo permiten.
En conclusión, la alianza entre Uber, Lucid Motors y Nuro representa un paso importante en la consolidación de los vehículos autónomos como una realidad comercial, y no solo una promesa tecnológica.
La inversión de 270 millones de euros simboliza la confianza en el potencial de esta tecnología para transformar la movilidad urbana, reducir costos y ofrecer nuevas opciones de transporte para los usuarios en las principales ciudades del mundo.