Una crema de pistacho importada de Turquía ha sido retirada del mercado en EE. UU. tras reportes de infecciones por salmonela, afectando a consumidores en al menos dos estados. La alarma se extiende ante la posible presencia de productos contaminados en diversas partidas y establecimientos, y las autoridades advierten sobre los riesgos para la salud, especialmente en grupos vulnerables.
Un brote de salmonela relacionado con una crema de pistacho importada de Turquía ha desencadenado una alerta sanitaria en Estados Unidos. La crema, conocida como Emek y comercializada en envases de 5 kilogramos, ha sido retirada del mercado tras confirmarse que ha sido vinculada a varias infecciones en al menos dos estados.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) están investigando el origen del problema y el alcance del mismo.
La crema de pistacho, que se utiliza habitualmente en productos de repostería y helados, se importaba desde Turquía, un país con una larga historia en la producción de frutos secos y derivados.
Turquía es uno de los mayores exportadores mundiales de pistachos, y su industria ha sido clave en la economía del país desde hace décadas. Sin embargo, en los últimos años, las crecientes importaciones y las inspecciones menos rigurosas en ciertas etapas de la cadena de suministro han facilitado la entrada de productos contaminados en mercados internacionales.
El producto afectado, que tiene una fecha de caducidad de octubre de 2026, fue detectado en varias tiendas y restaurantes en los estados de Minnesota y Nueva Jersey.
Hasta ahora, se han reportado cuatro casos de infección por salmonela, de los cuales uno requirió hospitalización. La salmonela es una bacteria que puede causar infecciones graves, especialmente en niños, ancianos y personas con sistemas inmunológicos debilitados.
Los síntomas típicos incluyen diarrea, fiebre y dolores abdominales, y generalmente aparecen entre 12 y 72 horas después de consumir el producto contaminado.
Aunque en la mayoría de los casos la recuperación es espontánea, en situaciones severas puede ser necesario el ingreso hospitalario.
Las autoridades sanitarias advierten que esta crema de pistacho puede estar presente en diversos productos y que su distribución podría no estar limitada a los estados afectados inicialmente.
Por ello, recomiendan a los consumidores que revisen sus compras y eviten consumir cualquier producto que pueda estar relacionado con esta marca o lote.
Además, instan a quienes presenten síntomas a consultar a un médico de inmediato y reportar su situación.
El incidente refleja una problemática más amplia en el comercio internacional de alimentos, donde la trazabilidad y el control de calidad son esenciales para garantizar la seguridad del consumidor.
La historia de Turquía en la exportación de frutos secos data de siglos atrás, siendo uno de los principales productores y exportadores mundiales desde el siglo XX.
Sin embargo, la globalización y el aumento de importaciones han complicado la supervisión de la calidad, haciendo que incidentes como este sean cada vez más frecuentes.
Por su parte, la FDA ha pedido a los distribuidores y minoristas que revisen sus inventarios y retiren cualquier lote de crema de pistacho afectado. La empresa responsable, Emek Dogal Saglik Urunleri Iklim Gida Insaat San Tic Ltd Sti, ha colaborado con las autoridades en la retirada del producto y en la investigación del brote.
La recomendación principal es que los consumidores estén atentos a las alertas sanitarias y sigan las indicaciones oficiales para evitar riesgos de salud.
Este brote también ha puesto en evidencia la importancia de las regulaciones internacionales y la cooperación entre países para prevenir la entrada de productos peligrosos en el mercado global.
La industria de frutos secos, incluyendo pistachos y almendras, enfrenta constantes desafíos en el control de calidad, y la trazabilidad del producto se ha convertido en una prioridad para evitar incidentes similares en el futuro.
La historia y la economía de Turquía seguirán siendo relevantes en el escenario mundial, pero la seguridad alimentaria debe ser siempre la prioridad número uno en la cadena de suministro global.