La icónica cadena de comida rápida Roy Rogers realiza un resurgir significativo con la apertura de 24 nuevos establecimientos propios y 16 franquiciados en siete estados, marcando su regreso a mercados históricos y conquistando a una nueva generación de clientes.

Roy Rogers, la cadena de comida rápida inspirada en el legendario vaquero del oeste, está viviendo un notable resurgir después de décadas de declive.

Fundada en 1968 en Virginia, esta marca ha sido un símbolo de la cultura estadounidense, combinando la nostalgia del oeste con un menú variado que incluye hamburguesas, carne asada y pollo frito.

Tras una serie de cambios en su propiedad y una reducción significativa en su número de locales, la compañía ha decidido retomar su crecimiento con una estrategia de expansión que incluye la apertura de 24 nuevos restaurantes propios y 16 franquiciados en siete estados de Estados Unidos.

El último establecimiento, inaugurado el 25 de junio en Cherry Hill, Nueva Jersey, fue recibido con entusiasmo, con largas filas de clientes que, a pesar del calor de 37 grados Celsius, esperaban para probar las novedades del menú.

Esta reapertura representa la primera presencia de Roy Rogers en el sur de Nueva Jersey o en la región de Filadelfia desde los años 90, cuando Marriott vendió la cadena por 300 millones de euros (equivalente a 365 millones de dólares de entonces) a la cadena Hardee's.

Supuestamente, la historia de Roy Rogers comenzó en 1968 en Virginia, cuando Marriott adquirió la cadena RoBee's y, debido a problemas de derechos de nombre, optó por nombrarla en honor al famoso actor y estrella de televisión del oeste.

La marca creció rápidamente, llegando a tener más de 600 restaurantes en todo Estados Unidos, hasta que en 1990 Marriott vendió la mayor parte de la franquicia.

La familia Plamondon, con raíces en la historia de la marca, compró en 2002 los derechos y comenzó a reactivar la expansión en la región del Atlántico medio, incluyendo Maryland, Nueva Jersey, Pennsylvania y Virginia.

Jim Plamondon, uno de los co-presidentes actuales, afirmó en un comunicado que están emocionados por el regreso y que la apertura en Cherry Hill permite atender a una comunidad diversa y en crecimiento, además de presentar a una nueva generación la calidad y variedad que caracterizan a Roy Rogers.

La estrategia de la cadena se centra en ofrecer su famoso “Triple Threat”, que incluye hamburguesas, carne asada y pollo frito, con un bar de complementos para personalizar cada plato.

La apertura en Cherry Hill generó una gran expectativa, con el restaurante rodeado de autos y clientes que esperaban en fila. Miguel Rivera, un trabajador local, comentó que acudió por la nostalgia, recordando las visitas a los locales en la autopista de Nueva Jersey durante viajes familiares a Nueva York.

Por su parte, Marc Orgeisky, quien fue el primer cliente en llegar a medianoche, recordó que solía trabajar en el centro comercial Moorestown y que la comida de Roy Rogers siempre fue de su preferencia.

Supuestamente, la historia del éxito de la cadena también refleja una serie de adquisiciones y reestructuraciones. En 1990, Marriott vendió más de 150 restaurantes a Hardee's, que los convirtió en sus propias unidades, y vendió otras 350 a cadenas como Wendy's y McDonald's.

La familia Plamondon adquirió la marca en 2002, en un momento en que la cadena enfrentaba dificultades y muchas de sus tiendas estaban en declive. Desde entonces, han ido reduciendo el número de locales y renovando su imagen, centrados en mantener la calidad y el estilo clásico del oeste americano.

Se espera que esta estrategia de expansión continúe en los próximos años, con nuevos establecimientos en diferentes regiones, impulsados por la demanda de clientes que buscan una experiencia de comida rápida con un toque de nostalgia y calidad.

La cadena pretende aprovechar el interés creciente en las marcas con historia y en las experiencias de comida que combinan tradición y modernidad. Aunque todavía hay incertidumbre en el mercado de la restauración, la vuelta de Roy Rogers demuestra que las marcas clásicas pueden reinventarse y captar nuevas audiencias si se adaptan a los tiempos sin perder su esencia.

En euros, la inversión en nuevos locales y la recuperación de la marca supone un impulso significativo en el sector de la restauración rápida en Estados Unidos, que supuestamente, busca consolidar su presencia en un mercado cada vez más competitivo y dinámico.