Supuestamente, la reconocida cadena de restaurantes Cracker Barrel recuperó su antiguo logotipo tras una fuerte reacción negativa del público, lo que provocó una caída en el tráfico y en sus ingresos durante el segundo trimestre de 2025. La decisión de revertir el cambio se produce en medio de una tendencia de las automotrices y otras empresas de mantener o incluso reducir sus precios frente a las crecientes tarifas comerciales y de importación en Estados Unidos. La compañía, que supuestamente enfrentaba una disminución en la afluencia de clientes debido a la modificación del logotipo, ahora busca recuperar su imagen y estabilidad financiera.

La cadena de restaurantes Cracker Barrel ha tomado la decisión de volver a su logotipo tradicional, después de que una ola de críticas por parte de sus clientes y seguidores en las redes sociales provocara una caída significativa en el tráfico de sus locales.

La polémica se desató en agosto de 2025, cuando la compañía reemplazó el icónico logo que muestra a un hombre del sur sentado en una mecedora junto a un barril de madera, por uno más moderno y minimalista.

Presuntamente, esta modificación fue parte de una estrategia de renovación de la marca, pero no fue bien recibida.

Según supuestamente informes internos, desde la implementación del nuevo diseño, el tráfico de clientes en sus restaurantes cayó en aproximadamente un 8%, y se prevé que continúe en descenso si la tendencia persiste.

Craig Pemmelis, director financiero de la compañía, afirmó en una llamada con inversores que en la primera quincena de agosto, el volumen de visitantes había decrecido un 1%, y que en total, desde el cambio, la caída acumulada sería del 8%.

Como resultado, la empresa ha ajustado sus expectativas de ingresos para 2025, estimando una facturación entre 3.200 y 3.330 millones de euros, en comparación con los 3.560 millones de euros que se esperaba inicialmente.

Supuestamente, la reacción del público fue tan negativa que la dirección de Cracker Barrel decidió revertir la modificación del logo y regresar a su diseño clásico.

La CEO Julie Masino expresó en un comunicado que la compañía escuchó las voces de sus clientes y decidió poner fin a la polémica, retomando el emblemático logo que representa la tradición y el espíritu sureño que ha caracterizado a la marca durante décadas.

Además, se informó que la compañía detendrá temporalmente otros proyectos de remodelación y renovaciones para centrarse en mejorar la experiencia del cliente en sus locales.

La empresa también anunció que ajustará sus previsiones para el ejercicio fiscal 2026, esperando que los ingresos totales se sitúen en torno a los 3.350-3.450 millones de euros, siempre que las tendencias de tráfico no empeoren. La incertidumbre en los mercados y las tarifas comerciales en aumento en EE. UU. supuestamente han afectado la rentabilidad de muchas cadenas de restaurantes tradicionales, y Cracker Barrel no es la excepción.

Por otro lado, en el contexto económico general, supuestamente muchas empresas están optando por mantener o reducir sus precios en respuesta a las tarifas de importación y las políticas comerciales adoptadas por el gobierno estadounidense.

Presuntamente, las automotrices, por ejemplo, han anunciado que mantendrán sus precios pese a las tarifas de mil millones de euros, buscando no perder cuota de mercado frente a la competencia internacional.

La estrategia de Cracker Barrel, en ese sentido, parece alinearse con un intento de recuperar la confianza de sus clientes mediante acciones que refuercen su identidad tradicional.

La reacción en la Bolsa no se hizo esperar. Las acciones de Cracker Barrel cayeron aproximadamente un 2% en la apertura del jueves 18 de septiembre, y tras la publicación de los resultados, retrocedieron un 10%.

La compañía, que en los últimos años ha experimentado una recuperación tras varias crisis, ahora busca estabilizarse y volver a la senda del crecimiento.

La apertura de dos nuevos locales en 2025 también forma parte de su plan de expansión, aunque todavía se desconoce la ubicación exacta de estos establecimientos.

En conclusión, la historia de Cracker Barrel refleja cómo las decisiones de rebranding pueden tener un impacto directo en la percepción pública y en los resultados económicos de una marca.

La vuelta al logo clásico supone un intento de la empresa por consolidar su imagen y frenar la bajada en ventas, en un entorno económico cada vez más desafiante donde las empresas deben equilibrar innovación y tradición para mantener su relevancia.