Aprende cómo preparar hamburguesas perfectas en la parrilla y mantener la seguridad alimentaria durante tus reuniones de Memorial Day, evitando intoxicaciones y garantizando comida deliciosa y segura.
El inicio de la temporada de parrilladas en Estados Unidos coincide con el Memorial Day, una fecha para honrar a quienes dieron su vida en servicio militar.
Sin embargo, también marca el comienzo de la temporada de asados al aire libre, en la que muchas familias y amigos disfrutan de comidas en las parrillas.
Este evento, que en 2024 cae el lunes 27 de mayo, es una oportunidad perfecta para reunirse, pero también requiere atención a las prácticas de seguridad alimentaria para evitar enfermedades transmitidas por los alimentos.
Desde hace décadas, la tradición de asar carne y vegetales en las parrillas ha sido una parte esencial de las celebraciones veraniegas en muchas culturas.
La historia de las barbacoas en Estados Unidos, por ejemplo, se remonta a las comunidades indígenas y a las celebraciones coloniales, donde la preparación y el consumo de carne asada eran eventos sociales importantes.
Con el tiempo, estas prácticas se han perfeccionado, pero la seguridad sigue siendo fundamental.
Cada año, millones de personas en todo el mundo sufren intoxicaciones alimentarias por prácticas inseguras durante las reuniones al aire libre. Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades transmitidas por los alimentos causan aproximadamente 600 millones de casos y 420,000 muertes anuales en todo el planeta.
En Estados Unidos, solo en 2019, se registraron cerca de 48 millones de casos, con 128,000 hospitalizaciones y 3,000 muertes, muchas de ellas relacionadas con el consumo de alimentos mal cocidos o contaminados.
Para evitar estos problemas, es esencial seguir algunos consejos básicos. Primero, la preparación previa es clave: mantener la carne, pollo, pescado y mariscos en refrigeración hasta el momento de cocinarlos. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) recomienda descongelar los alimentos en el refrigerador o en agua fría, evitando dejar los productos a temperatura ambiente, donde las bacterias pueden proliferar rápidamente.
Al momento de cocinar, la temperatura interna adecuada es vital para asegurar la eliminación de bacterias nocivas. Por ejemplo, el pollo y el pavo deben alcanzar los 74°C (165°F), mientras que las hamburguesas de carne molida deben llegar a los 71°C (160°F). Los cortes de carne enteros, como los filetes y costillas, pueden servirse a 63°C (145°F) para término medio, dejando reposar la carne por al menos 3 minutos antes de consumir.
Utilizar un termómetro de cocina es la manera más efectiva de verificar que la carne ha alcanzado la temperatura correcta. Además, es recomendable usar utensilios y tablas diferentes para carnes crudas y alimentos listos para comer, para evitar la contaminación cruzada. Lavarse las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos antes y después de manipular alimentos crudos también ayuda a reducir el riesgo de infecciones.
Otra práctica importante es evitar lavar la carne cruda, ya que esto puede dispersar bacterias en la cocina. Una vez que la carne esté en la parrilla, es importante limpiar las superficies y utensilios utilizados, y asegurarse de que los residuos de grasa y restos de comida se eliminen para mantener un espacio higiénico.
Respecto a las sobras, la recomendación general es mantener los alimentos refrigerados en recipientes pequeños y cubiertos, y consumirlos en un plazo de dos horas después de haber sido cocinados.
En días calurosos, con temperaturas superiores a 30°C (86°F), esta ventana se acorta a una hora. Es fundamental recalentar las sobras a temperaturas iguales o superiores a 74°C (165°F) para eliminar cualquier bacteria residual.
En conclusión, preparar una parrillada segura y deliciosa requiere atención a los detalles, desde la compra hasta la limpieza final. Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de tus hamburguesas y otros alimentos asados sin preocuparte por enfermedades, garantizando un evento memorable y saludable para todos.
La seguridad alimentaria no solo protege la salud, sino que también asegura que las celebraciones sean realmente felices y sin contratiempos.