La cadena de moda plus-size Torrid se prepara para cerrar aproximadamente 180 tiendas en lo que resta del año, un movimiento que refleja la transformación digital del sector retail y genera reacciones en la comunidad de tallas grandes. Este cierre se suma a una tendencia de cierre de tiendas físicas en el segmento de moda inclusiva, afectando a muchas consumidoras que dependen de estos espacios para vestir cómodamente y con estilo. La decisión de Torrid responde a una caída en ventas y a un cambio hacia una estrategia más digital, lo que preocupa a quienes valoran la presencia física de estas tiendas. Además, otras grandes cadenas como Lane Bryant y Avenue también han reducido su presencia física en años recientes, optando por fortalecer su comercio en línea. La comunidad de tallas grandes expresa su preocupación por la pérdida de opciones tangibles, ya que muchas personas enfrentan dificultades para encontrar ropa adecuada en tiendas tradicionales. La tendencia de cierre no solo afecta a Torrid, sino también a otros grandes minoristas que anuncian su salida en 2025, como Macy’s, Kohl’s y JCPenney, en medio de un panorama retail en constante cambio.
La cadena de moda especializada en tallas grandes Torrid se encuentra en medio de una reestructuración significativa que podría culminar con el cierre de hasta 180 de sus tiendas físicas durante este año.
Esto representa aproximadamente el 30% de su presencia en puntos de venta tradicionales, marcando un cambio importante en su estrategia comercial. La noticia fue confirmada en el informe de resultados del primer trimestre, donde la firma anunció su intención de adoptar un enfoque más enfocado en lo digital para adaptarse a las nuevas tendencias del mercado.
Según Lisa Harper, CEO de Torrid, actualmente el 70% de sus clientes prefiere realizar sus compras en línea, y en los primeros meses del año la compañía experimentó una caída cercana al 5% en sus ventas en comparación con el mismo período del año anterior.
Desde principios de año, Torrid ya ha cerrado dos tiendas, lo que ha reducido su número total a 632 puntos de venta en todo el país. Aunque todavía no han divulgado qué ubicaciones serán las afectadas, la comunidad de personas con tallas grandes y defensoras de la moda inclusiva ha expresado su preocupación por la pérdida de espacios físicos donde acudir a comprar ropa que se ajuste a sus necesidades.
No es el único caso en el sector. En 2020, Lane Bryant, una de las marcas más conocidas en Estados Unidos, cerró 157 tiendas físicas, y en 2019, Avenue dejó de operar en tiendas, optando por mantener solo su plataforma online.
Ambas marcas continúan atendiendo a sus clientes a través de sus páginas web, pero la tendencia de cierre de tiendas físicas ha sido una constante en los últimos años, impulsada por la creciente preferencia por las compras digitales y los cambios en los hábitos de consumo.
Este fenómeno no solo afecta a las marcas de moda. En los últimos meses, cadenas de farmacias como CVS, Walgreens y Rite Aid también han anunciado cierres de tiendas en diferentes regiones, lo que refleja una transformación profunda en el retail tradicional.
La comunidad de tallas grandes ha sido particularmente vocal respecto a estas pérdidas. Christine Murphy, activista que ha defendido la moda inclusiva desde 2016, declaró a USA TODAY que siente una gran preocupación por la reducción de opciones físicas.
“Muchos de nosotros dependemos de tiendas como Torrid para encontrar ropa que nos quede bien y nos haga sentir cómodas. La desaparición de estos espacios limita nuestra libertad de elección y nos obliga a planear con anticipación nuestras compras”, afirmó.
Murphy también criticó la manera en que las marcas lanzan colecciones para tallas grandes, señalando que muchas veces estas campañas no reflejan la diversidad y realidad del cuerpo de sus consumidoras.
Ejemplos como la campaña BodEquality de Old Navy en 2021, que fue retirada un año después por bajos resultados, ejemplifican cómo las estrategias de marketing a menudo fracasan en conectar con esta comunidad.
El cierre de tiendas físicas en el segmento plus-size genera una preocupación adicional: la falta de opciones inmediatas para quienes necesitan ropa urgente, como en eventos sociales, entrevistas o emergencias.
Para muchas personas, la experiencia de comprar en tiendas tradicionales es fundamental, no solo por la selección, sino también por el apoyo personal y la posibilidad de probarse las prendas.
Además del impacto en las consumidoras, expertos en retail advierten que en 2025 otros gigantes del sector también cerrarán tiendas. Entre ellos, Macy’s, Kohl’s, JCPenney, y grandes cadenas como Big Lots y Party City han anunciado cierres en diferentes regiones, en respuesta a un mercado en transformación constante.
Este escenario plantea un nuevo “reality” para el comercio minorista, en el que la presencia física pierde terreno frente al crecimiento del comercio electrónico.
Sin embargo, para la comunidad plus-size, la desaparición de tiendas físicas representa una pérdida tangible que va más allá de las cifras económicas.
La lucha por una moda inclusiva y accesible continúa, en un contexto donde la innovación digital no logra reemplazar completamente la experiencia y comodidad de comprar en un espacio físico adaptado a sus necesidades.