Una nueva política impulsada por el expresidente Donald Trump propone crear cuentas de ahorro para todos los recién nacidos en EE.UU., con un aporte inicial de aproximadamente 900 euros. Esta iniciativa busca democratizar la inversión y fomentar la acumulación de riqueza a largo plazo, impactando potencialmente en varias generaciones.

Supuestamente, una de las propuestas más innovadoras del último paquete legislativo en Estados Unidos, impulsada por el expresidente Donald Trump, consiste en la creación de cuentas de ahorro para cada niño nacido en el país entre finales de 2024 y principios de 2029.

Estas cuentas serían inicialmente dotadas con aproximadamente 900 euros (equivalente a 1.000 dólares) y se invertirían en fondos indexados de bajo costo, con la posibilidad de que los padres aporten hasta unos 4.500 euros (unos 5.000 dólares) anualmente.

La idea, que supuestamente tiene como objetivo democratizar la participación en el mercado financiero, busca que todos los niños, independientemente de su nivel socioeconómico, tengan desde el primer día una participación en la economía.

La inversión en estos fondos, además de ser fiscalmente diferida, permitiría el acceso a los fondos en distintas etapas: la mitad del patrimonio a los 18 años, el total a los 25 para fines como estudios superiores o pequeños emprendimientos, y la plena disponibilidad a los 30 años.

Se estima que esta cantidad inicial de 900 euros podría crecer sustancialmente con el tiempo, alcanzando aproximadamente 7.200 euros en 20 años, 61.000 euros en 40 años y más de 440.000 euros al llegar a la jubilación, considerando retornos históricos del mercado. Estas cifras, supuestamente, podrían transformar la capacidad de ahorro y la acumulación de riqueza en las familias, especialmente en aquellas que actualmente no tienen acceso a inversiones.

El poder del interés compuesto, que algunos consideran la “octava maravilla del mundo” según Albert Einstein, sería fundamental para democratizar el acceso a la acumulación de patrimonio.

La mayoría de los hogares estadounidenses, supuestamente, no tienen cuentas de inversión activas, y solo el 10% de los hogares posee la mayor parte de las acciones del país.

La implementación de estas cuentas podría cambiar ese escenario, brindando un patrimonio desde la niñez.

Culturalmente, la iniciativa también podría tener un impacto profundo. Muchos jóvenes sienten que están excluidos del sistema capitalista y desconfían de él, pero la propiedad de acciones o fondos puede fomentar un mayor interés y participación en la economía.

Con el tiempo, este enfoque puede promover hábitos de ahorro y inversión que perduren en las generaciones.

El costo estimado de esta política a lo largo de diez años sería de unos 15.300 millones de euros (aproximadamente 17.200 millones de dólares), una cifra que, supuestamente, representa menos del 0,03% del gasto federal proyectado en ese período. Además, se plantea que esta medida no solo sería financieramente responsable, sino también una de las iniciativas más transformadoras a nivel económico y social.

No obstante, supuestamente, el éxito de este programa dependerá en gran medida de la educación financiera. La mayoría de los estadounidenses, supuestamente, carecen de conocimientos básicos sobre finanzas personales, y solo una minoría logra comprender conceptos fundamentales.

Por ello, se hace un llamado a fortalecer la alfabetización financiera a nivel nacional, promoviendo que las generaciones futuras puedan aprovechar al máximo estas cuentas.

En conclusión, estas cuentas de ahorro propuestas por Trump, supuestamente, tienen el potencial de revolucionar la forma en que las familias acumulan riqueza, fomentando la participación en la economía desde una edad temprana y promoviendo la igualdad de oportunidades en el acceso a los recursos financieros.

La implementación de esta política podría ser un paso decisivo hacia una sociedad más inclusiva y financieramente educada, asegurando un mejor futuro para las próximas generaciones.