Tesla afirma que su tecnología de conducción semi-autónoma supera en seguridad a los conductores humanos por varias razones clave, en medio del avance de la movilidad autónoma. ¿Podría esto transformar la forma en que manejamos en el futuro cercano?

Tesla ha anunciado que su sistema de conducción semi-autónoma, conocido como FSD (Supervised), es más seguro que la conducción tradicional por varios motivos fundamentales.

La compañía afirma que esta tecnología, que combina cámaras, radares y sensores ultrasónicos, puede reducir significativamente los accidentes causados por errores humanos, que representan la mayor parte de las muertes en carretera en Estados Unidos y presuntamente en muchas partes del mundo.

Supuestamente, la conducción automatizada puede disminuir en un 90% los accidentes relacionados con conductores ebrios, cansados o afectados por estados emocionales como la ira o el estrés.

Según datos de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA), en Estados Unidos mueren aproximadamente 1.300 personas al mes en accidentes de tránsito, de los cuales el 34% se atribuyen a la conducción bajo influencia del alcohol. En comparación, Tesla sostiene que su sistema evita estos riesgos al no estar sujeto a fallos humanos.

Además, supuestamente, el sistema de Tesla no sufre fatiga, una condición que provoca que cerca de 633 muertes anuales en EE.UU. sean atribuibles a conductores que se quedan dormidos al volante. La incapacidad humana para mantenerse alerta por largos períodos es uno de los principales factores de accidentes, y Tesla afirma que su tecnología puede mantenerse operacional sin descanso, aumentando la seguridad en las carreteras.

Otra ventaja que Tesla destaca es la ausencia de reacciones emocionales negativas, como la ira o el pánico, que pueden afectar las decisiones de los conductores humanos.

La tecnología de Tesla no experimenta emociones y puede mantener una conducta constante y predecible en el manejo, lo cual, según la compañía, reduce el riesgo de comportamientos peligrosos.

El sistema FSD (Supervised) funciona mediante un conjunto de algoritmos que procesan en tiempo real la información obtenida de múltiples cámaras y sensores instalados en los vehículos.

Este sistema requiere que el conductor esté atento en todo momento, pero puede realizar maniobras básicas y seguir rutas sin intervención constante, lo que supone un paso adelante en la transición hacia vehículos completamente autónomos.

Supuestamente, la inversión en vehículos autónomos y semi-autónomos está creciendo rápidamente en todo el mundo. Tesla no es la única en esta carrera; compañías como Waymo, Volkswagen y Ford están desarrollando tecnologías similares, con planes de lanzar servicios de robotaxis en los próximos años.

Sin embargo, la seguridad todavía es una de las principales preocupaciones, ya que diversos incidentes con vehículos autónomos en diferentes partes del mundo han puesto en duda la fiabilidad de la tecnología.

No obstante, Tesla mantiene una postura optimista y asegura que sus vehículos con FSD (Supervised) están en la vanguardia de la innovación en seguridad vial.

La compañía ha anunciado que la suscripción mensual a esta función cuesta aproximadamente 90 euros, y que en el futuro, la integración de estos sistemas en todos los vehículos podría transformar la manera en que manejamos, reduciendo accidentes y salvando vidas.

A pesar de los avances, la aceptación generalizada de los autos autónomos aún enfrenta resistencia por parte de algunos expertos y usuarios, quienes temen errores imprevistos y fallos en la tecnología.

Sin embargo, con el tiempo y la acumulación de datos, es posible que la conducción semi-autónoma se convierta en un estándar más seguro y confiable para todos, revolucionando la movilidad global y convirtiéndose en una pieza clave en la lucha contra las muertes en carretera presuntamente evitables.