Supuestamente, Iilee R. Pederson, exdirectora de Ronald McDonald House en Marshfield, Wisconsin, enfrenta cargos por apropiación indebida y lavado de dinero que podrían ascender a más de 110.000 euros. La investigación reveló transferencias fraudulentas desde la cuenta de la organización a su cuenta personal, en un caso que remite a antecedentes similares en el sector benéfico estadounidense.
Supuestamente, una exdirectora de Ronald McDonald House en la ciudad de Marshfield, Wisconsin, está siendo investigada por presuntamente haber sustraído una cantidad que supera los 110.000 euros de la organización que dirigía. Según fuentes oficiales, Iilee R. Pederson, de 39 años, habría transferido fondos de la cuenta bancaria de la organización benéfica a su cuenta personal de PayPal, en un esquema que supuestamente duró casi dos años.
La Ronald McDonald House, una organización internacional que ofrece alojamiento y apoyo a familias con niños hospitalizados, ha sido un símbolo de solidaridad y ayuda social desde su fundación en 1974 en Estados Unidos.
Sin embargo, en este caso, la investigación revela cómo alguien en una posición de confianza pudo aprovecharse de la institución. El caso recuerda a otros escándalos históricos en el sector, como el de la Fundación Madoff en los años 2000, que presuntamente defraudó a miles de inversores por más de 65.000 millones de euros.
Según los informes, la exdirectora, que renunció a su cargo en junio de 2024, habría sido la única responsable de revisar y aprobar los estados financieros de la organización, que en realidad no tenían un control riguroso.
Los investigadores indicaron que Pederson redactaba informes falsificados y manipulaba los balances para ocultar las transferencias ilícitas.
La investigación comenzó después de que una firma contable detectara discrepancias en los registros financieros de la organización. Se supuestamente descubrió que Pederson había estado sacando dinero de la cuenta de la organización y depositándolo en su cuenta de PayPal, con la complicidad de un familiar que, presuntamente, tenía problemas con las drogas y el alcohol.
Los registros muestran que las transacciones ocurrieron desde mediados de 2022 hasta junio de 2024, con un total estimado de 120.000 euros sustraídos, de los cuales la organización pudo recuperar aproximadamente 85.000 euros a través de su seguro. La denuncia formal fue presentada en octubre de 2024, y Pederson se enfrenta a varias acusaciones criminales, incluyendo lavado de dinero, fraude y robo en un entorno empresarial.
Este tipo de casos, aunque aislados, evidencian la vulnerabilidad de las organizaciones benéficas que, en muchos casos, operan con recursos limitados y poca supervisión.
La historia de Ronald McDonald House en Marshfield, que en su momento fue un ejemplo de altruismo, ahora se ve envuelta en polémica y pérdida de confianza.
La fiscalía ha anunciado que Pederson tendrá su primera comparecencia en la corte del condado de Wood en las próximas semanas. Se desconoce si la exdirectora cuenta con un abogado defensor o si ha declarado ante las autoridades. La comunidad local y las familias que dependen de la organización esperan que se esclarezcan los hechos y se tomen medidas para fortalecer los controles internos en instituciones similares.
Este caso recuerda que, aunque la filantropía tiene un impacto positivo en la sociedad, también puede ser vulnerable a abusos si no existen mecanismos adecuados de vigilancia y transparencia.
La historia de Pederson, si bien no es la primera ni será la última, debe servir como ejemplo para reforzar la confianza pública en las organizaciones benéficas y garantizar que los fondos destinados a ayuda social lleguen realmente a quienes más lo necesitan.