Las tarifas impuestas por el gobierno de Trump afectan a los negocios de propietarios chinos en EE.UU., elevando los precios de productos populares.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China se intensifica a medida que las tarifas impuestas por el gobierno de Donald Trump afectan a numerosas empresas chinas en suelo estadounidense.
Dueños de negocios, como Taylor Chao, un importador en California, han comenzado a sentir la presión de estas tarifas, que inevitablemente se trasladan a los restaurantes y minoristas que dependen de sus productos.
Desde el 9 de abril de 2025, las tarifas sobre los productos importados desde China han alcanzado un total de 125%, una cifra que ha dejado a muchas empresas en una situación precaria.
Por otro lado, China también ha respondido, imponiendo un arancel del 84% sobre lo que importa desde EE.UU. Estas medidas han generado una creciente preocupación sobre una posible recesión y un aumento de la inflación en el mercado.
En 2022, EE.UU. importó productos por un valor de 3.2 billones de dólares, de los cuales el 16.5% provenía de China, consolidándose como su principal proveedor. Además, China ocupa un lugar destacado como destino de exportación de EE.UU., siendo superado solo por Canadá y México, con 150.4 mil millones de dólares en bienes adquiridos en el mismo año.
Los artículos más afectados por estas tarifas incluyen desde teléfonos inteligentes, como los iPhones, hasta ropa y juguetes. Un informe del Departamento de Comercio de EE.UU. reveló que los aparatos mecánicos y los dispositivos de audio y video fueron los sectores más intercambiados en 2022, representando el 46.4% de todas las importaciones de China. Se estima que el precio de un iPhone podría alcanzar los 2,300 euros si Apple decide no asumir el incremento de costos, lo que es probable, dado el aumento de tarifas.
Además, el gigante del comercio electrónico Shein, junto con Temu, se verán afectados por la eliminación de un vacío legal que permitía la importación de paquetes valorados en menos de 800 euros sin aranceles.
A partir del 2 de mayo de 2025, estos paquetes estarán sujetos a un impuesto del 90% sobre su valor, lo que podría llevar a un aumento significativo en los precios y a retrasos en los tiempos de envío.
China también es una fuente importante de importaciones de textiles, muebles, juguetes y otros productos, representando más del 50% de las importaciones en estos sectores.
Las tarifas sobre estos artículos han generado inquietud, ya que los negocios a menudo trasladan estos costos adicionales a los consumidores.
En el sector agrícola, las exportaciones estadounidenses a China, que ahora enfrentan una tarifa del 84%, representan el 23.1% de las exportaciones totales. En 2024, EE.UU. exportó productos agrícolas por valor de 24.65 mil millones de dólares a China, su tercer mayor comprador. Sin embargo, la guerra comercial ha llevado a algunos compradores a buscar alternativas, especialmente para la soja, el principal producto agrícola exportado por EE.UU.
Este escenario de tensiones comerciales no solo afecta a las empresas, sino que también tiene repercusiones en el bolsillo de los consumidores, quienes podrían ver un aumento en los precios de productos de uso diario.
La comunidad empresarial china en Estados Unidos sigue observando con preocupación los desarrollos de la guerra comercial, mientras el mercado se adapta a un nuevo orden económico.