Un análisis sobre cómo las tarifas impuestas por el presidente Trump impactan a los principales exportadores y a la economía global.

Las tarifas impuestas por el presidente Donald Trump han generado un gran revuelo en el ámbito del comercio internacional, afectando a varios de los principales exportadores de productos como ropa y electrónica.

Esta nueva política ha dejado a muchos preguntándose sobre el impacto real que tendrán estas medidas en las importaciones y en la economía global en general.

Un déficit comercial se produce cuando un país importa más de lo que exporta. En el caso de Estados Unidos, en 2024, se estimó que el comercio total de bienes con China alcanzó aproximadamente 533.4 mil millones de euros, con exportaciones estadounidenses a China por un valor de 132.5 mil millones de euros, mientras que las importaciones desde China ascendieron a 400.9 mil millones de euros. Este desequilibrio ha llevado a un déficit comercial considerable para Estados Unidos y a un superávit para China.

En el esquema global, Estados Unidos ostenta el mayor déficit comercial del mundo, alcanzando un récord de 1.1 billones de euros en 2024, debido a déficits significativos con países como China, México, Vietnam e Irlanda. Los países que enfrentan los mayores déficits comerciales son Estados Unidos, India, el Reino Unido, Turquía, Francia, Filipinas, Japón y España.

A pesar de las promesas de Trump de revitalizar la manufactura en Estados Unidos, los expertos sugieren que no hay muchas soluciones fáciles para abordar el problema de los déficits comerciales.

Aunque los superávits comerciales son considerados beneficiosos, especialmente en comparación con los déficits, no garantizan una economía saludable.

En 2024, China reportó un superávit global récord de 927.6 mil millones de euros. Otros países con superávits comerciales significativos incluyen a Alemania, Irlanda, Singapur, Arabia Saudita, Suiza, Rusia y Brasil. Trump lanzó una guerra comercial histórica al anunciar tarifas de al menos un 10% para todos los países, con tasas mucho más altas para algunos, siendo China uno de los más afectados con una tarifa del 104% que entró en vigor a las 12:01 a.m. del miércoles. China, a su vez, respondió con tarifas del 84% sobre productos estadounidenses.

La Comisión Europea también aprobó un conjunto de tarifas que comenzarán el 15 de abril, argumentando que las tarifas impuestas por Estados Unidos son "injustificadas y dañinas", causando perjuicios económicos a ambas partes y a la economía global.

Trump ha mencionado que las tarifas no serán recíprocas en su totalidad. Por ejemplo, en lugar de igualar la tarifa del 39% de la Unión Europea sobre productos estadounidenses, propuso una tarifa del 20% para la UE. En el caso de China, que ya había recibido una tarifa del 20% por su implicación en el comercio de fentanilo, se le impuso una tarifa adicional del 34%, elevando su tasa total en ese momento al 54%.

Las tarifas son un impuesto sobre los bienes importados que se impone por el gobierno y suele ser un porcentaje del valor del producto. La empresa importadora es responsable de pagar esta tarifa, que se traduce en un aumento del precio del producto para el consumidor. Estos impuestos son utilizados por los gobiernos como una forma de regular el comercio y proteger las industrias locales, así como para negociar acuerdos comerciales y competir en el mercado internacional.

La incertidumbre que genera la guerra comercial y las tarifas puede afectar tanto a los consumidores como a las empresas, lo que lleva a una reevaluación de las estrategias comerciales a nivel global.

A medida que este panorama continúa evolucionando, será crucial para los países adaptarse a las nuevas realidades del comercio internacional.