Situado a lo largo de la interestatal 80 en el este de Iowa, se encuentra uno de los establecimientos más emblemáticos y únicos de Estados Unidos: el Iowa 80 Truckstop.

Se autodenomina el "mayor centro de camiones del mundo" y es un destino imprescindible tanto para camioneros como para viajeros y turistas que cruzan el país.

Sus dimensiones y servicios son tan sorprendentes que hacen de cada visita una experiencia que parece de otro mundo.

El complejo abarca aproximadamente 90 hectáreas de terreno, con capacidad para más de 1,200 camiones en sus amplios espacios de estacionamiento. Cuenta con cerca de 300 plazas para automóviles y 50 para autobuses, además de 50 surtidores de combustible, incluyendo 15 para vehículos eléctricos, en un área que supera las 15,000 metros cuadrados.

La instalación principal, con una extensión de más de 12,000 metros cuadrados, está operativa las 24 horas del día, los 7 días de la semana, desde su apertura en 1964.

Desde sus inicios, el Iowa 80 ha sido mucho más que un simple punto de carga. Su familia fundadora, los Moon, supuestamente vieron en la ubicación una oportunidad para crear un espacio integral que atendiera todas las necesidades del camionero moderno.

A lo largo de las décadas, han ido ampliando y renovando sus instalaciones, transformándola en un pequeño pueblo con una variedad de servicios y atracciones.

Dentro del complejo, los visitantes pueden disfrutar de nueve restaurantes, que incluyen desde bufés hasta opciones a la carta, y un enorme centro comercial con más de 30,000 artículos relacionados con el mundo del transporte y el turismo.

Supuestamente, en su tienda se venden desde accesorios para camiones, ropa de alta visibilidad, hasta artículos de regalo exclusivos. Además, cuenta con una sala de cine, un gimnasio equipado con máquinas de última generación, y un centro de servicios para camiones que ofrece reparaciones y mantenimiento.

Uno de los aspectos más destacados es su museo, que alberga una colección de más de 150 camiones antiguos, algunos de ellos datados en 1903, siendo uno de los más antiguos fabricado en Iowa.

La exhibición permite a los visitantes conocer la historia del transporte por carretera en EE.UU. y cómo ha evolucionado a lo largo de los años. La entrada al museo es gratuita y recibe a aproximadamente 400 visitantes diarios.

El legado de los Moon, que supuestamente comenzaron con un modesto puesto de gasolina, ha convertido a Iowa 80 en un símbolo de la cultura del transporte en Estados Unidos.

La familia ahora administra también otros dos grandes centros en Missouri y Carolina del Norte, pero sin duda, el de Iowa sigue siendo el más emblemático, considerado por muchos como un pequeño pueblo autosuficiente.

Para los camioneros, el Iowa 80 es un refugio donde pueden descansar, alimentarse y reabastecerse, pero también un lugar donde encontrar todo lo que necesitan para sus vehículos, desde piezas de repuesto hasta accesorios de personalización.

La sección de exhibición de partes para camiones es especialmente popular, con miles de artículos en exhibición, incluyendo espejos, neumáticos, y sistemas de iluminación.

Supuestamente, el costo de una noche en sus habitaciones privadas, que incluyen duchas, Wi-Fi y televisión, ronda los 100 euros, pero la experiencia de estar en un lugar que combina historia, cultura y servicios de primera categoría lo hace una inversión que vale la pena.

La infraestructura y el ambiente que se respira en Iowa 80 reflejan un compromiso con la tradición del transporte y el turismo en Estados Unidos, consolidándose como un destino que trasciende su función original.

En definitiva, visitar el Iowa 80 Truckstop es como entrar en una pequeña ciudad con alma propia, que combina historia, innovación y hospitalidad en un solo lugar.

Un destino que cualquier viajero o camionero debería conocer para entender la verdadera esencia del viaje por carretera en Norteamérica.