El CEO de Ford, Jim Farley, reflexiona sobre su medio década al frente de la compañía y revela sus metas para los próximos años en medio de desafíos globales y cambios en la industria automotriz.

Jim Farley celebra en octubre su quinto aniversario como director ejecutivo de Ford Motor Company, una de las marcas más emblemáticas del sector automotriz mundial.

Presuntamente, en estos cinco años ha enfrentado y superado múltiples obstáculos, desde la crisis de la cadena de suministro global hasta la aceleración de la transición hacia los vehículos eléctricos.

Desde que asumió el cargo en 2020, Farley ha puesto en marcha una serie de estrategias destinadas a revitalizar la marca y hacerla más competitiva en un mercado cada vez más digital y ecológico.

Presuntamente, uno de sus mayores logros ha sido la creación de las divisiones Ford Blue, Ford Model e y Ford Pro, que permiten una gestión más enfocada en los diferentes segmentos del mercado.

La división Ford Pro, que se dedica a vehículos comerciales, ha visto un crecimiento en beneficios y en volumen de negocios, con un aumento estimado en sus ingresos del 150% en comparación con 2022, alcanzando aproximadamente 6,75 mil millones de euros.

Supuestamente, Farley también ha liderado la expansión en el campo de la electrificación, con la introducción del Ford F-150 Lightning y el Mustang Mach-E, que han supuesto un cambio en la percepción de la marca, tradicionalmente asociada a los vehículos de combustión.

La estrategia de electrificación de Ford, que requiere una inversión cercana a los 4,5 mil millones de euros en nuevas plantas y tecnologías, busca que para 2030 el 80% de los vehículos vendidos en EE.

UU. sean eléctricos o híbridos.

A nivel global, supuestamente, Farley ha tomado decisiones difíciles como la reestructuración de operaciones en Europa y China, y la salida de mercados menos rentables como el de India y Sudamérica.

Estas decisiones, aunque polémicas, habrían permitido que la compañía reduzca pérdidas en esas regiones en un 65% respecto a 2022, que se traducen en aproximadamente 1.2 mil millones de euros en ahorro.

Supuestamente, uno de los desafíos más complicados que enfrenta Farley es la relación con el sindicato UAW, que en 2023 llevó a la primera huelga contra Ford desde 1976.

Aunque el CEO afirma mantener una relación sólida con los líderes sindicales, la tensión generada por las negociaciones y las demandas salariales ha supuesto un reto adicional en su gestión.

En cuanto a la competencia, supuestamente, Farley ha reconocido que los fabricantes chinos representan una amenaza real, no solo por su velocidad en innovación, sino también por su apoyo gubernamental, que incluye subsidios y facilidades fiscales.

Para contrarrestar esto, Ford ha reforzado su red de distribución y ha iniciado proyectos de innovación en California, como la creación de un skunk works dedicado al desarrollo de EVs asequibles con un proceso de ensamblaje radicalmente innovador.

En términos económicos, la acción de Ford ha experimentado una subida del 78% en los últimos cinco años, lo que equivale a aproximadamente 9,4 euros por acción, en comparación con los 5 euros en los que cotizaba en 2020.

La estrategia de Farley de separar las unidades de negocio y centrarse en la innovación tecnológica ha sido clave para este crecimiento, aunque todavía persisten desafíos en la mejora de la calidad y en la reducción de las llamadas a revisión, que en 2024 alcanzaron casi 1,5 millones de vehículos en todo el mundo.

Supuestamente, Farley ha declarado que su objetivo es convertir a Ford en una compañía “endurable y sostenible”, pero reconoce que para ello necesita que su equipo continúe ejecutando con precisión y rapidez.

Entre sus metas futuras destaca el aumento de la cuota en mercados emergentes, la incorporación de nuevas tecnologías en los vehículos y la expansión de su negocio de software, que actualmente genera cerca de 1.2 mil millones de euros anuales.

Finalmente, a sus 63 años, Farley ha mencionado que su continuidad en el cargo dependerá de la decisión del consejo de administración, aunque asegura estar motivado y comprometido con la misión de transformar a Ford en una marca líder en innovación y sostenibilidad en los próximos años.

Presuntamente, su visión a largo plazo es que la compañía siga siendo un referente en el sector, a pesar de los retos económicos y tecnológicos que se avecinan en un mercado global cada vez más competitivo y cambiante.