El club argentino San Lorenzo enfrenta serios problemas administrativos y económicos tras una denuncia por sobornos y una gestión en caos, afectando incluso pagos a jugadores y servicios básicos.

La situación en San Lorenzo ha llegado a niveles críticos en los últimos días, profundizando una crisis que pone en jaque la estabilidad del club de fútbol argentino.

Todo empezó con la difusión de un escándalo que involucra una cámara oculta, en la cual el presidente de la institución, Marcelo Moretti, fue capturado en una grabación recibiendo una supuesta coima de 25.000 dólares para facilitar la contratación de un joven jugador en las inferiores del club. Este hecho sacudió los cimientos de la venerada institución y provocó que Moretti solicitara licencia el 22 de abril. Aunque sus colegas aceptaron la medida, no se ha nombrado todavía un reemplazo oficial, lo que ha dejado las funciones administrativas y financieras en un estado de parálisis.

Desde entonces, la gestión del club se ha vuelto prácticamente inoperante, debido a que las firmas de autorización para realizar movimientos bancarios solo pueden hacerse con el consentimiento conjunto del tesorero y el presidente, lo que en la actualidad no ocurre.

La consecuencia directa ha sido una acumulación de cheques rechazados y una grave problemática de liquidez, que ha impedido continuar con los pagos habituales.

La falta de recursos ha derivado en la suspensión de servicios esenciales, como el abastecimiento de alimentos para los juveniles en las pensiones del club.

Algunos directivos, en un gesto de compromiso, se vieron en la necesidad de aportar dinero personal para garantizar el funcionamiento mínimo de las categorías inferiores.

El impacto también se refleja en otros departamentos del club. La disciplina del básquet, por ejemplo, estuvo a punto de cancelar su viaje a Comodoro Rivadavia debido a la imposibilidad de cubrir los gastos de transporte y alojamiento, que finalmente fueron asumidos por la subcomisión del equipo tras una decisión de emergencia.

A nivel deportivo, esto genera gran preocupación en el cuerpo técnico, encabezado por Miguel Ángel Russo, quien expresó públicamente su malestar por la situación, especialmente de cara a los próximos compromisos del equipo.

Por si fuera poco, las deudas con proveedores y sindicatos aumentan día a día. Uno de los casos más preocupantes es la deuda salarial con los futbolistas profesionales, que aún esperan cobrar el dinero correspondiente. La promesa de pago quedó en suspenso tras la fuga de Marcelo Moretti, quien mantenía contacto directo con el cuerpo técnico y el plantel. La incertidumbre sobre cuándo y cómo recibirán sus sueldos está generando tensión en el vestuario.

A pocos días de un crucial partido en los octavos de final del Torneo Apertura contra Tigre, el ambiente en el Nuevo Gasómetro se ve empañado por protestas y un clima de descontento que se hace palpable en la hinchada y en los propios jugadores.

Russo, intentando mantener una postura profesional, señaló que el equipo mantiene su enfoque en lo deportivo, a pesar del caos que rodea al club. "Nuestro grupo es un sostén importante para afrontar estas adversidades", afirmó.

Las negociaciones internas en la dirigencia siguen en marcha, en busca de solucionar el problema de liderazgo y designar un nuevo ejecutivo que asuma el control.

Sin embargo, las tensiones son evidentes. La relación entre Julio Lopardo y Claudio Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, no es buena, lo que ha dificultado las gestiones para nombrar reemplazos.

La mayoría de las miradas están puestas en el tesorero, Leandro Goroyesky, quien sería el candidato más cercano a tomar el mando y coordinar la salida de esta crisis.

En un contexto histórico, San Lorenzo, uno de los cinco grandes del fútbol argentino, ha pasado por periodos tumultuosos anteriormente debido a problemas financieros y de gestión, pero ninguno con semejante grado de dysfunction.

La comunidad futbolística observa con preocupación cómo estos problemas internos amenazan la integridad y el legado de un club que en el pasado supo conquistar numerosos títulos locales e internacionales.

La esperanza de que pronto se logre estabilizar la situación y retomar el rumbo deportivo y administrativo es la única salida posible para un club que sigue siendo símbolo de pasión y resistencia en Argentina.