La selección argentina de rugby enfrenta desafíos en su camino hacia el Mundial de Australia 2027, donde el ranking y los resultados en partidos clave determinarán su posición y posibles rivales en la fase de grupos. La clasificación, basada en un sistema de puntos y resultados, es fundamental para evitar enfrentamientos con potencias en la primera fase. La próxima serie de encuentros y el desempeño en partidos internacionales serán decisivos en esta carrera que tiene en juego la clasificación y el prestigio del equipo nacional.

La trayectoria de la selección argentina de rugby, conocida como Los Pumas, en su camino hacia el Mundial de Australia 2027, se ha convertido en una carrera contra reloj.

Este torneo, que será el primero en contar con 24 equipos participantes, marcará un antes y un después en la historia del rugby internacional y la posición de Argentina en el ranking mundial de la World Rugby (WR).

La clasificación y el posicionamiento en dicho ranking son esenciales para definir los cruces en la fase de grupos, evitar enfrentamientos tempranos con potencias del deporte y maximizar las posibilidades de avanzar en la competencia.

El ranking de la WR funciona como una especie de puntuación que refleja el rendimiento de las selecciones a nivel internacional. Cada partido oficial, ya sea una victoria, derrota o empate, modifica esta puntuación. Actualmente, Argentina ocupa la sexta posición, lo que la sitúa en la zona límite para entrar en el primer bombo, que agrupa a las mejores seis selecciones del mundo y las designa como cabezas de grupo en el Mundial.

La diferencia de puntos entre Argentina e Inglaterra, que ocupa la cuarta posición, es de aproximadamente 3.7 puntos en una escala que puede llegar a 100 unidades. Estas unidades se traducen en beneficios estratégicos en el sorteo de los grupos.

El próximo enfrentamiento en San Juan, donde Los Pumas enfrentarán a Inglaterra, tiene un simbolismo especial, ya que puede marcar un paso decisivo en la mejora o deterioro de su posición en el ranking.

Una victoria significativa, especialmente si supera los 15 puntos de diferencia, podría aportar cerca de un punto en el ranking, acercando a Argentina a las selecciones más codiciadas y evitando un enfrentamiento temprano con escuadras como Nueva Zelanda o Sudáfrica.

Por el contrario, una derrota, especialmente si es por una diferencia estrecha, podría significar perder puntos y situarse en peores condiciones para futuros sorteos.

Este sistema de evaluación tiene en cuenta varios factores. No solo considera el resultado en sí, sino también la diferencia en puntos y si el triunfo o derrota era esperado, tomando en cuenta el ranking previo de cada selección.

Por ejemplo, si un equipo con menor ranking derrota a uno con más puntos, se le concede un mayor beneficio en el ajuste de posiciones, así como en la obtención de puntos adicionales por victorias sorpresivas o por ganar en condición de visitante.

A futuro, las decisiones tomadas en cada encuentro, las victorias o derrotas por diferencia y las sorpresas en los partidos, influirán decisivamente en la clasificación final.

Los partidos en Argentina contra Uruguay en Salta y otros encuentros en fechas cruciales, formarán parte de esta estrategia que determinará qué equipos tendrán la mejor posición en el sorteo y qué rivales enfrentará cada nación en la fase de grupos.

Históricamente, el rugby argentino ha tenido altibajos en su clasificación mundial, pero desde el golpear de la globalización y el profesionalismo en el deporte, Los Pumas han incrementado su nivel de competencia y han tenido actuaciones destacadas en mundiales anteriores, como en 2015 en Inglaterra y 2019 en Japón, donde avanzaron a cuartos de final en ambas ocasiones.

La experiencia adquirida en estos torneos, sumada a una estrategia de juego que se ajusta según el adversario, será fundamental para las próximas fases.

En definitiva, el sistema de ranking mundial implementado por la WR y los resultados de los próximos partidos serán determinantes para que Argentina mantenga, mejore o pierda su posición en el mapa del rugby internacional.

La ambición es clara: evitar encontrarse en grupos con potencias en la primera fase, optimizar las posibilidades de avanzar y, más allá de los resultados específicos, consolidar una estrategia que permita a Los Pumas soñar con el título mundial en Australia 2027.