El equipo de Gallardo logró clasificarse a la siguiente fase del torneo tras una tanda de penales dramática, cortando una racha negativa en los partidos de definición. La victoria fue clave para mantener las aspiraciones en la competición continental.
Marcelo Gallardo atravesó una noche difícil en el Estadio Monumental, evidenciado por sus gestos de preocupación y enfado en la línea de banda, justo antes del final del partido contra Libertad de Paraguay.
El encuentro, correspondiente a los octavos de final de la Copa Libertadores, se tornó sumamente complicado para los millonarios, y culminó en un empate 1-1 en los 90 minutos, llevando la serie a la tanda de penales.
Esta situación fue especialmente significativa porque River llevaba una racha negativa de ocho definiciones consecutivas perdidas en esta modalidad, desde la era de Néstor Pitana sobre el césped del Monumental.
Con un ambiente tenso en la grada, los jugadores mostraron determinación para revertir esa historia. La noche se tornó dramática y emotiva, con los nervios a flor de piel. Giuliano Galoppo fue expulsado en la segunda mitad, reduciendo aún más las opciones del equipo argentino y complicando el escenario. Sin embargo, la intervención decisiva del arquero Franco Armani en la tanda de penales permitió que River lograra la clasificación, rompiendo esa mala racha y garantizando su presencia en los cuartos de final, donde enfrentarán al potente Palmeiras de Brasil.
Gallardo expresó su satisfacción por la clasificación, destacando la importancia del apoyo de la hinchada en los momentos decisivos. "La gente contagió, se puso a ayudar al equipo en ese momento y Armani terminó atajando el penal que nos dio la clasificación. En momentos complicados, el apoyo es fundamental. La noche fue dura, pero logramos avanzar y eso es lo que importa," señaló en conferencia de prensa. Además, reconoció que el equipo ha mostrado inconsistencias en su rendimiento y que ahora tiene tiempo para trabajar en mejorar la regularidad futbolística, que tanto necesita.
El entrenador también remarcó el espíritu de lucha del equipo y cómo en partidos anteriores había enfrentado dificultades similares sin poder salir victorioso, pero que esta noche lograron torcer la suerte.
La victoria no solo cortó una serie negativa en las definiciones desde los doce pasos, sino que también elevó la moral del plantel y de la afición, ansiosa por seguir soñando con el título continental.
Este triunfo nos devuelve a la ilusión de disputar las instancias finales de la Copa Libertadores, un torneo que en sus orígenes en 1960 contó con la participación de clubes históricos de Sudamérica y que ha sido escenario de grandes hazañas.
River, uno de los clubes más reconocidos de Argentina, busca recuperar su historia de éxitos en el continente, aunque sabe que enfrentará un desafío aún mayor en la próxima fase.
En el contexto histórico, River Plate mantiene su destacada participación en la Libertadores, habiendo conquistado el título en cuatro ocasiones, la última en 2018, bajo la dirección de Gallardo.
La competencia, considerada la más prestigiosa del fútbol sudamericano, siempre ha sido un objetivo central para los clubes de la región, y lograr avanzar en ella representa un reconocimiento al esfuerzo y la calidad de sus planteles.
Ahora, con la clasificación asegurada, River se mentaliza en enfrentar a Palmeiras, un rival de gran jerarquía en el fútbol mundial, que también busca su trofeo continental, habiendo sido campeón en varias oportunidades.
El camino hacia la conquista continúa, y esta noche en el Monumental quedó demostrado que, aunque el proceso pueda ser difícil y lleno de obstáculos, el espíritu de lucha y el apoyo de la hinchada pueden marcar la diferencia en momentos clave.