La Copa Africana de Naciones 2025, que se celebra en Marruecos, añade un condimento notable a la temporada: la posibilidad de ver competir a Argelia contra Argentina en la fase inicial.

En un grupo que también integra a Austria y Jordania, el choque entre la campeona mundial y la selección argelina está fijado para el 16 de junio, y la planificación sugiere que el encuentro tendrá lugar en Kansas.

Para Argentina, este debut representa un primer test de cara a su objetivo de volver a alzar la Copa en el Mundial 2026, y para Argelia simboliza la oportunidad de ratificar su estatus entre los grandes de la CAN.

El equipo de Lionel Scaloni llega a este compromiso con la intención de borrar una vieja maldición asociada a sus dos primeros títulos —las derrotas ante Bélgica en 1982 y ante Camerún en 1990— y con la necesidad de medir a una escuadra que, a pesar de las dudas, ha mostrado un enfoque competitivo.

Seguir la evolución de Argelia en esta CAN es clave para entender por dónde puede venir el examen de Argentina, un equipo que aspira a un rendimiento sólido en el camino hacia Francia 2026.

Argelia llega con el impulso de dos victorias en el inicio del torneo y con Riyad Mahrez como su principal referente. Capitán de los Zorros del Desierto, el atacante de 34 años que ahora juega en la liga saudí ha liderado a un conjunto que combina experiencia y ambición.

Vladimir Petkovic, que asumió el mando el año pasado, intenta consolidar un estilo dinámico, centrado en el ataque, sin descuidar la solidez defensiva que ha mostrado en los minutos decisivos.

En Rabat, incluso Luca Zidane, hijo de Zinedine, se dejó ver en el once y representó a Argelia, demostrando la continuidad de la conexión entre generaciones en un equipo que busca afianzar su identidad.

La armadura argelina ha mostrado en estos encuentros una mezcla de recursos. Sus centrales, encabezados por Aissa Mandi, han mantenido una línea de cuatro en la fase inicial y, cuando ha sido necesario, han variado con un líbero o con rotaciones para sostener la presión.

En el frente de ataque, Bagdad Bounedjah encabeza la lista de goleadores, aunque la plantilla cuenta con otras piezas que pueden desequilibrar, como Ismael Bennacer o Mohamed Amoura, jugador del Wolfsburgo, que aportan ideas diferentes para las transiciones.

Uno de los destacados de esta generación más joven es Ibrahim Maza, de apenas 20 años, cuyo valor de mercado se sitúa en 25 millones de euros. El Bayer Leverkusen pagó 12 millones de euros al Hertha Berlin para hacerse con su pase en junio pasado, una operación que subraya el interés europeo en el talento argelino.

Junto a Maza, Mandi y Bounedjah, el conjunto de Petkovic cuenta con un bloque que podría dar que hablar en los próximos meses y que, además, ha mostrado capacidad de adaptarse a distintos sistemas para no perder el pulso de los rivales.

El equipo argelino ha mostrado variabilidad táctica y rotación de piezas: Bennacer, Amoura y otros futbolistas con experiencia internacional ofrecen soluciones cuando el plan inicial no funciona.

En su último amistoso frente a Suecia, Argelia dejó ver dos caras: una superioridad amplia que se desinfló en la recta final, terminando con un marcador que dejó la sensación de que, si bien sabe atacar con ideas claras, su defensa debe mantener la concentración hasta el último suspiro.

Este nivel de autoexigencia es lo que Petkovic busca convertir en resultados en el torneo continental.

En cuartos de final de octavos, Argelia se enfrentará a rivales duros y, si mantiene el rendimiento mostrado, podría cruzarse con otros de los candidatos del continente y europeo en las fases decisivas.

Si la lógica acompaña, la selección africana podría ver el cruce contra rivales como Senegal o la RD del Congo para seguir su recorrido, con la posibilidad de medir fuerzas con Marruecos, la nación anfitriona, o Nigeria, dependiendo de la evolución de la fase de grupos.

A nivel estratégico, la experiencia de Petkovic, con historial en Suiza y otras selecciones, aporta una visión que podría hacer crecer a Argelia conforme avance la competición.

Si Argelia demuestra que puede convertir su estilo en resultados rigurosos, podría escribir un capítulo más en la historia de la CAN y continuar afianzando su estatus en el fútbol mundial.

Para Scaloni, este primer choque significaría no solo sumar tres puntos, sino obtener una lectura más clara del rival que podría topar Argentina en el camino hacia su objetivo de competir al máximo en el Mundial de 2026.