El argentino Alejandro 'Papu' Gómez retorna al fútbol tras una sanción por dopaje y, a cierre de 2025, comparte en redes un balance personal y deportivo, con una mirada a su proceso de reconstrucción.
Hace unas semanas, Alejandro Papu Gómez volvió al fútbol luego de cumplir una sanción por dopaje y, a pocas semanas de cerrar 2025, él mismo ha utilizado sus redes para hacer un balance de su año y de su vida.
En una atractiva secuencia de imágenes, el argentino abre el corazón y deja entrever un recorrido plagado de luces y sombras que, por momentos, ha puesto a prueba su voluntad y su personalidad.
Aunque el retorno deportivo parece haber tomado un cauce, el contexto personal y social ha continuado exigiendo claridad, honestidad y paciencia.
El 2025 ha sido descrito por Gómez como un periodo lleno de experiencias contradictorias. En su mensaje, afirma haber vivido momentos de gran felicidad junto a la gente que le apoya y, a la vez, instantes de profunda tristeza que le han dejado lecciones para su vida fuera del campo.
En ese relato, destaca la importancia de soltar ciertas cargas mientras se sostienen otras, y de aceptar que el cambio puede traer consigo descubrimientos que no se esperaban.
Entre líneas, el futbolista admite que el camino no ha sido sencillo y que ha aprendido a convivir con la incertidumbre sin perder la esperanza.
A través de la publicación, también se hace énfasis en la resiliencia emocional. Gómez describe días que lo golpearon fuerte, pero también destaca la capacidad de reconstruirse en silencio. La historia de su año no está aislada del cariño que recibió de los aficionados y de su entorno, aunque reconoce haber conocido un mundo que a veces le resultaba “un poco falso”.
En ese proceso, reconoció haber pedido ayuda psicológica para atravesar la tormenta, subrayando el papel fundamental de su esposa y de su círculo cercano para volver a empezar.
Sin club, sin entrenamientos colectivos y sin un horizonte claro, el jugador fue encontrando su propio formato de preparación y de motivación, afirmando que, en el fondo, era su propio preparador físico, su entrenador y su entrenador mental.
Actualmente, Gómez ya está de regreso en el Calcio Padova, equipo de la Serie B italiana, donde volvió a sumar minutos oficiales y se plantea un futuro que va más allá de este año.
Su regreso, que se produjo tras la conclusión de la sanción que recibió en 2023 por dar positivo en un control antidopaje realizado antes de la Copa del Mundo, implica también una reflexión sobre la memoria del jugador y la de la selección argentina, que vivió la cúspide de la derrota-deportiva en el Mundial de Qatar 2022 y, poco después, un difícil recambio generacional que afectó a varias piezas del equipo nacional.
En ese contexto, su historia adquiere un matiz adicional: el de la capacidad de reinventarse cuando los resultados no salen de inmediato.
Con todo, Gómez reconoce que el fútbol vuelve, sí, pero que la vida continúa y que cada experiencia sirve para fortalecerse. A este respecto, se ha mostrado agradecido por el apoyo que recibió desde distintos frentes y por la continuidad de su familia, que según él ha sido clave para sostenerse en momentos de adversidad.
En el entorno del Padova, también se destaca su disposición para adaptarse a un entorno nuevo y a una liga exigente, donde el objetivo es volver a aportar al equipo con la experiencia acumulada y la serenidad necesaria para afrontar el día a día del fútbol profesional.
Su historia, más allá de los goles y las victorias, invita a pensar en el factor humano que subyace en cada regreso y en el valor de la reinvención personal a partir de los errores y las cicatrices que dejan estas experiencias.