La NFL sanciona duramente a los Atlanta Falcons y a su entrenador por una broma que reveló información confidencial durante el draft, donde Shedeur Sanders fue seleccionado en la quinta ronda por los Cleveland Browns.
Uno de los eventos más relevantes en la temporada de la NFL es sin duda el Draft anual, una ceremonia en la que los equipos seleccionan a los mejores talentos universitarios que demostrarán su potencial en la liga profesional.
Este evento, que en 2025 se celebró del 24 al 26 de abril, atrae la atención de miles de aficionados y medios en todo el mundo, ya que las decisiones tomadas en estas jornadas pueden cambiar el rumbo de una franquicia.
Este año, uno de los jugadores más esperados fue Shedeur Sanders, un joven mariscal de campo de 23 años, hijo de Deion Sanders, miembro del Salón de la Fama de la NFL.
Sanders había destacado en Colorado en el fútbol colegial, logrando una reputación como uno de los talentos más prometedores para ingresar al profesionalismo.
Sin embargo, contra todo pronóstico, Sanders no fue seleccionado en las primeras cuatro rondas del draft, lo que generó cierta controversia y especulaciones entre analistas y seguidores.
La situación se complicó aún más cuando Jax Ulbrich, hijo del entrenador de los Atlanta Falcons, Jeff Ulbrich, llevó a cabo una broma de mal gusto.
El viernes anterior a la selección de Sanders en la quinta ronda por los Cleveland Browns, Ulbrich llamó al número privado que la NFL había facilitado a Sanders antes del draft y se hizo pasar por Mickey Loomis, gerente general de los New Orleans Saints.
En la llamada, anunció falsamente que la franquicia había decidido reclutar al joven quarterback.
La broma, que se difundió rápidamente a través de redes sociales cuando un video del momento fue compartido en Twitter, fue considerada grave por la NFL.
La liga tomó cartas en el asunto y sancionó con multas de 250.000 dólares (aproximadamente 230.000 euros) a los Atlanta Falcons y de 100.000 dólares (cerca de 92.000 euros) al entrenador Jeff Ulbrich. La Federación argumentó que las sanciones respondían a la