El equipo de Oklahoma City logra su primer título en la historia de la NBA tras una serie llena de dramatismo, lesiones y momentos inolvidables, consolidando un futuro prometedor con jóvenes estrellas.

La apasionante final de la NBA de la temporada 2024-2025 se convirtió en una de las series más memorables y emotivas de los últimos años, marcando un antes y un después en la historia del baloncesto profesional en Estados Unidos.

El equipo de Oklahoma City Thunder logró coronarse por primera vez en su historia, rompiendo con décadas de historia y consolidándose como una amenaza seria para los grandes favoritos.

La serie estuvo marcada por momentos de gran dramatismo, lesiones importantes e increíbles actuaciones que mantuvieron a los aficionados en vilo en cada partido.

Uno de los momentos más impactantes ocurrió en el séptimo y decisivo partido, cuando faltaban apenas 4:55 minutos para terminar el primer cuarto. El base de Indiana, Tyrese Haliburton, se desplomó en la pista, sujetándose el gemelo derecho, en un gesto que evidenciaba un dolor intenso. Aunque había arrastrado molestias en la zona desde el quinto partido, aquella jugada evidenció que la lesión era mucho más grave de lo que parecía.

Haliburton, reconocido por su gran capacidad de organizar el juego y su precisión en los tiros desde fuera, había comenzado el encuentro con un brillante rendimiento, anotando nueve puntos en los primeros minutos, todos desde la línea de triples.

Sin embargo, a los pocos minutos, su lesión forzó su salida del juego. La imagen de él golpeando el suelo con desesperación fue un símbolo del drama que se vivía en la cancha del Paycom Center. La situación generó una gran conmoción en la NBA y en los aficionados, con mensajes de apoyo que rápidamente inundaron las redes sociales, incluyendo a estrellas como LeBron James y De'Aaron Fox.

A pesar de la lesión, los Pacers lograron un parcial favorable al medio tiempo, con un marcador de 48-47, en un partido altamente disputado. Sin embargo, la ausencia de Haliburton en la segunda mitad fue un golpe duro para el equipo, que perdió intensidad y precisión en ataque. Los Thunder, capitalizando la situación, comenzaron a tomar control del partido en el tercer cuarto, con una defensa sólida y un rendimiento destacado de sus estrellas.

Jalen Williams, uno de los jóvenes talentos del equipo, recuperó una bola y anotó un crucial tiro para poner el marcador 56-54 a favor de Oklahoma City.

La defensa implacable del equipo, liderada por Chet Holmgren, que con sus cinco tapones fue una pesadilla para la ofensiva de Indiana, estableció el ritmo hasta el final del partido.

Holmgren, con su estatura de 2,16 metros, fue fundamental en la defensa, impidiendo varias ofensivas peligrosas y asegurando la ventaja para su equipo.

El cuarto parcial fue para los Thunder, que se impusieron 34-20 y lograron una diferencia cómoda que les permitió asegurar la victoria. La estrella del equipo, Shai Gilgeous-Alexander, fue el máximo anotador de la final con 29 puntos, y sus emocionadas declaraciones tras el partido reflejaron la magnitud del logro: “Esto no parece real, tantas horas, tantos momentos, tantas emociones, tantas noches de incredulidad.

Es una locura”. Gilgeous-Alexander también elogió a su compañero Jalen Williams, resaltando su importancia en el esquema del equipo.

Con esta victoria, Oklahoma City Thunder sumó su primer título en la historia de la NBA, una hazaña que se había previsto desde que el equipo retornó a la liga tras haber sido los Seattle SuperSonics hasta 2008.

La franquicia, que en su historia ha tenido grandes épocas y altibajos, ahora surge como uno de los equipos jóvenes más prometedores de la liga. El éxito de estos jugadores, capitaneados por Gilgeous-Alexander, Holmgren y Williams, marca una generación que buscará mantenerse en la élite durante los próximos años.

Este campeonato no solo representa un logro deportivo, sino también la culminación de un proceso de reconstrucción y crecimiento del equipo. Oklahoma City, que en la temporada regular logró un récord de 68 victorias y 14 derrotas, dejó en el camino a varios favoritos y a todo pronóstico se coronó campeón para alegría de sus fanáticos y la historia de la franquicia.

La conquista del título en 2025 es vista como el comienzo de una era dorada para el equipo en la NBA, y que seguramente dará mucho de qué hablar en los próximos años, consolidando su lugar en la élite del baloncesto mundial.