El club Lanús realizó un homenaje conmovedor a Miguel Ángel Russo, quien fue un ícono del equipo y un referente en su historia, tras su fallecimiento el pasado 8 de octubre a los 69 años.
El Club Atlético Lanús llevó a cabo un acto muy emotivo para recordar y honrar la memoria de Miguel Ángel Russo, quien falleció el pasado miércoles 8 de octubre a los 69 años, tras luchar durante ocho largos años contra un cáncer de vejiga y próstata.
El homenaje fue un reconocimiento a la significativa huella que Russo dejó en la institución y en la historia del fútbol argentino.
Miguel Ángel Russo, nacido en Buenos Aires en 1954, inició su carrera en el fútbol como jugador pero su verdadera importancia fue como entrenador, donde alcanzó reconocimiento y éxito.
En Lanús, Russo empezó su trayectoria como técnico en la temporada 1988/89, en aquel entonces en la Segunda División del fútbol argentino. Bajo su dirección, el club logró un ascenso histórico a la Primera División en 1990, un logro que marcó el comienzo de una etapa importante para el club del Sur.
Tras ese ascenso, Russo enfrentó un descenso en la temporada 1990/91, pero logró regresar a la máxima categoría en la temporada 1991/92. Desde ese momento, Lanús pudo asentarse en la primera división gracias al trabajo del entrenador, que dejó una huella imborrable con sus logros en el club.
Además de su paso como técnico en Lanús, Russo también dirigió a equipos como Estudiantes de La Plata, Boca Juniors y Rosario Central, consolidándose como uno de los entrenadores más respetados y reconocidos del fútbol argentino.
El acto en el estadio de Lanús contó con la presencia de su familia, integrada por su esposa Mónica Crovara y sus hijos, Nacho y Natalia. Nacho, actualmente jugador de Tigre, recordó con cariño a su padre, destacando su dedicación y pasión por el deporte. El club aprovechó la ocasión para proyectar un video en una pantalla gigante que mostraba algunas de las frases del entrenador y momentos emblemáticos de su carrera, evocando los valores de compromiso y esfuerzo que siempre defendió.
El homenaje también reunió a numerosos exjugadores que compartieron recuerdos y reconocieron la influencia de Russo en sus carreras, entre ellos Héctor Enrique, Ricardo Kuzemka, Marcelo Ojeda, además de otros futbolistas que pasaron por sus manos, como Gabriel Ramón, Juan Fernández D'Alesio, Julián Kmet, Rengo Díaz y Gastón Esmerado.
Antes del inicio del partido entre el equipo dirigido por Mauricio Pellegrino y Godoy Cruz, en la Copa de la Liga Profesional, se guardó un minuto de silencio en memoria de Russo, y el público presente rindió un caluroso aplauso en su honor.
También se realizaron banderas y mensajes de cariño que cubrieron la grada en señal de respeto y admiración.
Este acto en la Fortaleza de Lanús fue mucho más que un simple homenaje; significó un reconocimiento a un entrenador que fue mucho más que un técnico, una figura que simbolizó el trabajo, la dedicación y un legado que trasciende los logros deportivos.
La historia de Russo en Lanús permanece viva en cada rincón del club y en el corazón de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y aprender de él.
La influencia de Russo en el fútbol argentino y en Lanús en particular, se remonta a un pasado donde el esfuerzo y la pasión jugaron un papel clave en el crecimiento de la institución y en la formación de generaciones de futbolistas.
Su legado continuará inspirando a nuevas generaciones y su memoria será eternamente respetada en cada rincón donde el fútbol se juegue con amor y compromiso.