El entrenador del Barcelona de Guayaquil, Segundo Castillo, acapara miradas con su esmoquin rosa mientras su equipo enfrenta a River Plate en un partido a puertas cerradas en el Monumental. Una actuación notable en el campo y fuera de él.
El exfutbolista y actual entrenador del Barcelona de Guayaquil, Segundo Castillo, vuelve a ser el centro de atención, no solo por su desempeño táctico, sino también por su estilo inconfundible.
Durante la visita de su equipo al estadio Monumental en Buenos Aires, donde enfrentó a River Plate en un partido a puertas cerradas, Castillo ingresó al campo con un esmoquin rosa que deslumbró a todos los presentes.
Conocido por su elegancia, Castillo se saludó en la banda con el director técnico de River, Marcelo Gallardo, antes de ubicarse en el banco de suplentes.
Desde ahí, demostró la misma distinción que lo ha caracterizado en otros partidos, como cuando sorprendió con una impresionante victoria ante el Corinthians de Brasil, otro gigante del fútbol sudamericano, a principios de marzo.
En esa ocasión, el entonces interino se volvió viral, y su regreso a Buenos Aires fue una oportunidad para reafirmar su estilo llamativo.
Apenas comenzó el partido, el Barcelona se encontró con un penal en contra a los dos minutos de iniciar el juego. El arquero Jose Contreras cometió una infracción que parecía catastrófica, sin embargo, se redimió al detener el penal ejecutado por Sebastián Driussi, lo que avivó la moral de su equipo.
Castillo, con gesto complaciente, no tardó en alentar a sus jugadores tras la complicada salida inicial, buscando que el equipo recuperara el control del juego que habían planeado desde el sorteo de la Copa Libertadores.
Durante el primer tiempo, el equipo ecuatoriano se vio sometido a un asedio constante por parte de River, pero la actuación estelar de Contreras en el arco permitió que el marcador se mantuviera en cero.
Con cada atajada, Castillo miraba desde su lugar, un cuadro de calma y concentración, honrando el dicho que dice que a veces las cosas se deben manejar con discreción y firmeza.
Fue en el segundo tiempo cuando la tensión comenzó a relajarse. Miguel Borja, al ingresar al campo, se acercó a Castillo y, frente a las cámaras, tapándose la boca, intercambió un saludo que arrancó sonrisas en ambos.
Este gesto, aunque sencillo, generó murmullos de curiosidad entre los aficionados que se preguntaron qué tipo de conversación podrían haber tenido los dos.
Segundo Castillo, quien ha asumido el cargo de entrenador interino en varias ocasiones desde 2020, ha mostrado una habilidad admirable para adaptarse y llevar a su equipo a la victoria.
Su estilo peculiar no solo se limita a su vestuario, sino que también se refleja en su filosofía de juego y gestión del equipo. A lo largo de su carrera, ha trabajado con diversos clubes, incluidos el Everton y el Monterrey, dejando una huella importante en cada uno de ellos.
En una entrevista, Castillo confesó que su esposa es la responsable de su selección de vestuario, asegurando que su apariencia esté siempre acorde a las expectativas del club y de los hinchas.
Con una carrera que sigue creciendo, el próximo reto de Castillo es enfrentarse a uno de los equipos más temidos de América, dejando claro que su pasión y dedicación no están simplemente ligadas a sus resultados en el campo, sino también a los valores que representa fuera de él.