Racing y Vélez protagonizaron un intenso encuentro en Liniers, con victoria del equipo de Gustavo Costas por 1-0, dejando la serie abierta para la revancha en Avellaneda. El partido estuvo marcado por numerosas disputas, decisiones polémicas y muchas jugadas al límite, reflejando el carácter disputado del fútbol argentino en competencias internacionales.

El pasado miércoles, en el estadio José Amalfitani, se disputó el partido de ida entre Vélez Sarsfield y Racing Club por los cuartos de final de la Copa Libertadores, una competencia que, desde sus inicios en 1960, ha sido uno de los torneos de clubes más prestigiosos de Sudamérica.

El encuentro finalizó con una victoria ajustada para la Academia, que se impuso 1-0 gracias a un gol temprano de Adrián Maravilla Martínez al inicio del segundo tiempo.

El duelo fue muy intenso y disputado, con un ambiente caldeado que reflejó las tensiones habituales en los partidos de alto nivel del fútbol argentino.

La intensidad del juego quedó patente en las estadísticas oficiales, que registraron cinco infracciones para Vélez y 17 para Racing, además de varias jugadas con acciones al límite y muchas simulaciones, a pesar de la existencia del VAR, que en numerosas ocasiones no intervino o las decisiones fueron polémicas.

Desde los primeros minutos, el compromiso de los jugadores fue evidente. En el minuto 45 segundos, el árbitro detuvo el partido por un agarrón entre Adrián Maravilla Martínez y Magallán, una acción que se repitió varias veces a lo largo del encuentro.

En el minuto 2, hubo un empujón del delantero de Racing contra Magallán, que fue protestado rápidamente. La fricción en el campo fue constante, con reiteradas molestias entre ambos equipos.

A los 7 minutos, se produjo otra disputa similar entre Martínez y Magallán, con exageraciones por parte de ambos y reiteradas protestas a los árbitros.

En el minuto 12, Solari fue rasguñado por Gordon, mientras que Aliendro fue objeto de una falta por parte de Almendra, que fue dramatizada por ambos jugadores.

Más tarde, un pisotón de Maher Carrizo a Pardo fue interpretado como una actuación exagerada, lo que generó controversia.

El partido también estuvo caracterizado por acciones peligrosas y controversiales, como una jugada en la que Machuca remató al arco y golpeó al pecho a Pardo, dejándolo tendido en el suelo.

En el minuto 27, Mura quedó en el suelo tras un golpe en la cabeza, con sangre visible, debido a un contacto que fue revisado por el VAR, que no sancionó ninguna infracción.

Posteriormente, en el minuto 33, Sampaio, el árbitro brasileño, amonestó a Maravilla y Magallán por sus conductas protestas y agresivas.

La expulsión definitiva llegó en el minuto 43, cuando Magallán cometió una falta a Nardoni y fue sancionado con la segunda tarjeta amarilla, por lo que vio la roja y dejó a Vélez en desventaja numérica para la segunda parte.

En el descanso, los jugadores de Vélez intentaron mantener la disciplina, aunque las protestas no cesaron.

En la segunda mitad, la emoción no decayó. En el minuto 2, Gabriel Rojas cayó y se revolcó, acción que fue marcarda como exagerada por el árbitro. A los 9 minutos, Martínez simuló una caída ante la marca de Elías Gómez, en una jugada que fue muy criticada por la supuesta intención de engañar al árbitro.

La jugada más polémica ocurrió a los 28 minutos, cuando Solari, que estaba por salir del campo por lesión, simuló una falta en la que el árbitro interpretó de forma errónea y favoreció a Racing, generando protestas de los jugadores de Vélez.

A los 31 minutos, Colombo despejó y, en la acción, tocó en el pecho a Pellegrini, quien quedó en el suelo. La jugada fue revisada y el jugador de Vélez pidió disculpas por el contacto accidental. Posteriormente, a los 32 minutos, Vergara quedó en el suelo por una jugada que fue interpretada como contacto no intencional, y el árbitro permitió que el juego siguiera.

El partido se tiñó de tensión en los últimos minutos, con disputas entre Bouzat y Nardoni, y con decisiones polémicas del árbitro, que cobró una falta a favor de Vélez en una jugada en la que los propios jugadores de Vélez exageraron un contacto para buscar ventajas.

La tarjeta roja al jugador de Racing, en una disputa por una falta, fue discutida por el VAR, que revisó la acción y rectificó la decisión.

En definitiva, Racing logra un resultado favorable de cara a la revancha en Avellaneda, pero el encuentro dejó en evidencia los continuos desafíos en los partidos internacionales del fútbol argentino: un ambiente cargado, decisiones controvertidas y una lucha constante por sacar ventaja en un contexto muy físico y emocional.

La serie finaliza el próximo martes, en un escenario que promete estar a la altura de la tradición de uno de los certámenes continentales más exigentes del mundo.