La final del Torneo Regional Amateur terminó en controversia, con la suspensión del partido y el ascenso de Costa Brava, lo que resalta problemas recurrentes en el arbitraje del fútbol argentino.

La final del Torneo Regional Amateur ha culminado en un impresionante escándalo que dejó a los aficionados atónitos. En un partido marcado por decisiones arbitrales muy cuestionables, seis jugadores fueron expulsados y el encuentro fue finalmente suspendido. El hecho que centra la atención es el ascenso de Costa Brava de General Pico al Federal A, un desenlace que ha levantado numerosas sospechas.

La actuación del árbitro Marcos José Santos fue el punto de ignición de la controversia, ya que se considera que perjudicó monumentalesmente a la Comisión de Actividades Infantiles (CAI) de Comodoro Rivadavia.

Este incidente ha vuelto a poner sobre la mesa un problema que ha sido recurrente en las divisiones del interior del país: la falta de calidad en los arbitrajes y las constantes dudas sobre la integridad de los árbitros.

Además, se ha evidenciado un inquietante trasfondo político en esta historia donde la intervención del poder provincial parece ser más que evidente.

Los presagios siniestros antes del encuentro eran palpables, especialmente a raíz de comentarios de figuras como el entrenador Ricardo Caruso Lombardi, quien en un programa de televisión expresó su desconfianza al afirmar que 'le prometieron el ascenso a Costa Brava'.

Esto generó una atmósfera de tensión entre los seguidores de la CAI antes de comenzar el partido.

El juego se caracterizó por una serie de decisiones arbitrales muy controvertidas. A los 28 minutos de juego, un claro penal fue ignorado cuando el defensor Brian Alferez bajó a Gonzalo Figueroa. A partir de ese momento, el ambiente se volvió insostenible y tres jugadores de la CAI ya habían recibido amarillas antes de que se anotara el primer gol de Costa Brava por parte de Ramiro Fredes.

Cuando Lautaro Ibarra Valestrini cayó en el área tras un fuerte contacto, Santos tomó la polémica decisión de señalar un penal, lo que llevó a la frustración acumulada de los jugadores de la CAI a un punto de ebullición.

El resultado fue un tumulto generalizado y la expulsión de seis jugadores, lo que provocó la sensación de caos absoluto en el terreno de juego.

"Es doloroso perder la ilusión por errores que son evidentes, y encima, recibir burlas del árbitro", manifestó José Vivanco, quien fue uno de los expulsados.

Santos finalmente se retiró del campo mientras los aficionados arrojaban objetos desde las gradas, perturbados por la situación. Una vez que la CAI no pudo continuar debido a la falta de jugadores, el partido fue oficialmente suspendido, dejando a los hinchas de Costa Brava invadir el campo de juego para celebrar lo que, para muchos, es un ascenso controvertido.

Costa Brava había tenido una destacada participación en el Torneo Regional y esta victoria ha suscitado aún más críticas, ya que algunos sectores ven una conexión sospechosa entre la AFA y la gobernación local del peronista Sergio Zilotto.

En otras circunstancias, este tipo de incidentes podrían ser considerados solo parte del juego, pero en un ambiente donde la relación entre el deporte y la política es tan estrecha, no es de sorprenderse que las quejas continúen no solo en los campos, sino también en las plataformas digitales, cada vez más utilizadas por árbitros y aficionados para expresar su frustración por decisiones arbitrales que, a menudo, parecen estar fuera de su control.