El uso del VAR en el fútbol ha generado debates sobre su efectividad y errores humanos. Últimamente, decisiones polémicas en partidos internacionales han evidenciado las fallas del sistema y la doble vara en los árbitros.
El debut del VAR (Video Assistant Referee) en el fútbol buscaba aportar justicia y precisión a las decisiones arbitrales. Sin embargo, en la práctica, ha abierto un campo de polémicas y cuestionamientos sobre su verdadera efectividad. Los defensores aseguran que ayuda a reducir errores, pero la realidad muestra que también puede reavivar y alimentar las controversias en cada partido.
Desde su implementación, los árbitros han sido sometidos a una presión constante, y aunque tienen a su disposición repeticiones en cámara lenta y tecnología avanzada, las equivocaciones continúan presentes.
La doble interpretación del reglamento y la variable subjetiva en las revisiones generan situaciones donde, en ocasiones, las decisiones parecen depender del criterio del árbitro o del momento en que recibe la señal del VAR.
Un ejemplo reciente de las dudas que despierta el sistema ocurrió en un partido del Mundial de Clubes, donde el árbitro argentino Facundo Tello fue protagonista.
En un encuentro entre Real Madrid y Al Hilal, Tello fue llamado por su asistente de VAR para revisar una jugada dentro del área del club saudí. En esa jugada, Mohammed Al-Qahtani, jugador de Al Hilal, tocó la pelota con la mano en un movimiento que terminó involucrando a un rival en una situación incómoda.
El árbitro decidió sancionar penal tras consultar el VAR, pese a que la acción parecía no ser clara. La controversia aumentó cuando unos minutos antes, en una jugada similar en el área del Real Madrid, Tello decidió no cobrar una falta, generando críticas y dudas sobre la doble moral del criterio arbitral.
Lo que resulta más complicado es que estas decisiones muchas veces difieren según quién las revisa o en qué momento lo hace, exponiendo una doble vara en la aplicación del reglamento.
La tecnología, que debería ser un aliado de la justicia deportiva, termina siendo un complemento imperfecto. El error humano, presente en cualquier profesión, se revela aún más en un contexto donde las decisiones deben ser instantáneas y muy precisas.
Históricamente, la introducción del VAR en el fútbol fue una revolución. Su objetivo principal era reducir los errores humanos que han marcado la historia del deporte. Sin embargo, los debates que se generan cada semana sobre decisiones controvertidas revelan que aún queda mucho camino por recorrer para perfeccionar el sistema.
La experiencia en campeonatos internacionales revela que, en ocasiones, la tecnología puede parecer obsoleta o insuficiente si no se acompaña de formación y criterio uniforme.
El caso del partido en Miami, donde un penal al final fue marcado tras la revisión del VAR, es una muestra clara de cómo las decisiones en tiempo real pueden alterar resultados y generar frustración entre jugadores, técnicos y aficionados.
La situación se complica cuando los propios árbitros, humanos, comen errores que parecen insalvables, y que a menudo provocan acusaciones de favoritismo o doble escala.
El futuro del árbitraje y el VAR está en debate. Muchos especialistas sugieren que la clave está en aceptar que los errores forman parte del fútbol y que, en ocasiones, la interpretación humana debe prevalecer sobre la perfección tecnológica.
Solo así, quizás, se logre un equilibrio que permita disfrutar de un deporte más justo y menos polémico. La historia del fútbol enseña que, aunque la tecnología ayuda, la sensibilidad, la experiencia y el sentido común siguen siendo esenciales para administrar justicia en cada jugada.