El fútbol argentino y mundial muestran una tendencia creciente en la participación de futbolistas mayores de 40 años, ejemplificada por figuras como Insaurralde, Bologna y Carranza, y la longevidad de Messi y Ronaldo en sus respectivos clubes.
A lo largo de la historia del fútbol, la juventud ha sido tradicionalmente vista como un componente imprescindible para el rendimiento en la cancha. Sin embargo, en los últimos años, la presencia de futbolistas de más de 40 años en partidos de alto nivel ha dejado de ser una excepción para convertirse en una tendencia cada vez más frecuente tanto en Argentina como en el resto del mundo.
En Argentina, ejemplos recientes evidencian esta realidad. Juan Manuel Insaurralde, defensor de 41 años, fue protagonista en la victoria de Sarmiento por 1-0 en un encuentro en el Estadio Monumental. Otro caso que ilustra esta tendencia es el de Enrique Bologna, arquero de 42 años que defiende los colores de Defensa y Justicia, o Jorge Carranza, quien con 44 años estableció un récord en la Primera División Argentina, siendo el portero de mayor edad en competencia.
Estos jugadores, junto con otros como Hugo Orlando Gatti, quien jugó su último partido a los 44 años en 1988, ejemplifican que la longevidad en el fútbol profesional ha avanzado considerablemente.
Hay que además destacar la figura de José Ernesto Sosa, de 40 años y actualmente en Estudiantes, quien sigue demostrando excelencia en su rendimiento.
La presencia de futbolistas con más de 40 años no es exclusiva del fútbol argentino. Mundialmente, estrellas como Cristiano Ronaldo y Lionel Messi continúan activos y mostrando un rendimiento sobresaliente. Ronaldo, de 40 años, juega en el Al Nassr de Arabia Saudita y ha anotado más de 950 goles en cerca de 1300 partidos desde que inició su carrera en Sporting Lisboa.
Simultáneamente, Messi, con 38 años, despunta en el Inter Miami de Estados Unidos con casi 900 goles en aproximadamente 1130 encuentros.
El incremento en la longevidad deportiva también se refleja en las estadísticas del fútbol local. Según datos recientes, en la actual temporada de la Superliga Argentina, solo una minoría de jugadores, aproximadamente un 7 %, tiene entre 35 y 39 años.
Es decir, hay alrededor de 71 futbolistas en ese rango de edad. Además, un 23 % del total, es decir, aproximadamente 245 jugadores, superan los 30 años. Esto indica que la edad promedio en el fútbol argentino se ha elevado a unos 26 años, en comparación con décadas anteriores, cuando los porcentajes de jugadores mayores de 30 estaban mucho por debajo.
El fenómeno de la longevidad en el fútbol no es solo una particularidad argentina. En países como España, Italia y Alemania, también se observa un incremento en la participación de veteranos. La evolución en aspectos como avances en medicina deportiva, nutrición, entrenamiento personalizado y la mejora en las condiciones físicas ha permitido que muchos jugadores mantengan un alto nivel competitivo durante más tiempo.
Históricamente, figuras como Ángel Labruna, máximo goleador del fútbol argentino, jugaron su último partido a los 41 años en 1959, marcando una época en la que la edad aún era un limitante.
Hoy en día, sin embargo, la ciencia y el entrenamiento avanzado están rompiendo estos límites, permitiendo que jugadores de cuatro décadas sigan disfrutando y aportando en el fútbol profesional.
Este fenómeno de longevidad, además de los aspectos deportivos, tiene implicaciones en lo económico. Los clubes valoran la experiencia y liderazgo que aportan estos jugadores, y en algunos casos, su renta salarial puede ser equivalente a la de futbolistas más jóvenes, reflejando la importancia de la experiencia en el deporte de alto rendimiento.
En definitiva, la imagen del futbolista veterano ha cambiado radicalmente. La historia aún está en marcha, y tanto en Argentina como en el mundo, veremos cómo esta tendencia continúa forjando nuevas figuras y rompiendo viejos esquemas, demostrando que en el fútbol, la edad realmente es solo un número.