El equipo de Estudiantes conquistó su segundo campeonato del año 2025 tras una victoria dramática ante Platense, en un partido marcado por una primera mitad sin claridad y una segunda llena de emociones, destacando la figura de Lucas Alario y un gol decisivo de Fernando Zapiola.

A lo largo de la historia del fútbol argentino, Estudiantes de La Plata ha sido reconocido por su capacidad de protagonizar campeonatos memorables, y el torneo de 2025 no fue la excepción.

En una jornada que parecía que iba a estar marcada por la lluvia, el clima en San Nicolás cambió radicalmente cuando, en una tarde que se convirtió en un verdadero espectáculo, el Pincha consiguió ganar una final que mantuvo en vilo a sus aficionados hasta el último minuto.

El partido se disputaba en un escenario que inicialmente parecía predispuesto a la tensión, con condiciones meteorológicas adversas que hacían prever un encuentro con dificultades en la cancha.

Sin embargo, cuando el balón empezó a rodar, la verdadera historia quedó por escribirse en el césped. Los primeros minutos transcurrieron con mucho roce y pocas acciones claras, mostrando un ritmo lento y muchas infracciones que llevaron a un arbitraje polémico, con decisiones que variaban constantemente, como si el juez quisiera mantener el suspense.

Estudiantes, dirigido en esta ocasión por Walter Zunino en su primera experiencia en la final, intentó abrir el marcador con un desborde de Edwuin Cetré, cuyo centro encontró la reacción del arquero Federico Losas de Platense, que desvió el balón justo cuando parecía el primer aviso de los visitantes.

La primera parte estuvo marcada por un escaso volumen de juego y muchos foul, con amonestaciones que generaron cierta confusión entre los espectadores.

El segundo tiempo, sin embargo, trajo consigo un cambio inesperado. La dinámica del partido tomó un cariz aún más emocionante cuando Franco Zapiola, exjugador y dueño aún de su pase, tomó un despeje que quedó en el área y, con un remate preciso, superó a Muslera, poniendo a Estudiantes en desventaja a los pocos minutos de la segunda parte.

La hinchada local empezó a inquietarse, pero el equipo no bajó los brazos.

El equipo de Zunino evidenció su carácter y, tras algunas ocasiones claras que no pudieron concretar, llegó el momento decisivo. Guido Mainero, con un disparo de revés de derecha, estuvo cerca de igualar el marcador, mientras que Lucas Alario, entrenando en silencio y con solo 2 goles en toda la temporada, se convirtió en la figura del partido al aprovechar un centro y, de cabeza, poner el empate tras un error en salida del rival.

Con el marcador empatado y el tiempo en contra, los minutos finales de tiempo adicional fueron intensos. La tensión creció hasta que, en una jugada que quedó en la memoria colectiva, Fernando Zapiola, que todavía posee los derechos de su pase, tomó la pelota en el área tras un despeje cortado y remató con precisión, venciendo al arquero con un disparo que entró por debajo del cuerpo de Muslera, desatando la alegría en las gradas y asegurando el título para Estudiantes.

Este logro no solo marca el segundo trofeo del equipo en el año 2025, consolidando su condición de uno de los equipos más destacados del fútbol argentino este año, sino que además sitúa a Eduardo Domínguez, su entrenador, con cinco campeonatos en su haber, acercándose a la histórica marca de Osvaldo Zubeldía, quien ostentaba la mayor cantidad de títulos con el equipo.

Desde el punto de vista económico, el club pagó por la incorporación de Zapiola una cifra que aproximadamente equivale a 55.000 euros, según las cifras de mercado actuales, reflejando la inversión que el club realiza para mantenerse competitivo en la élite nacional y continental.

En definitiva, la final del 2025 será recordada como una de esas partidas en las que la historia y la emoción se combinaron para dejar huella en todos los que la vivieron, reafirmando a Estudiantes como uno de los grandes protagonistas del fútbol argentino en esta era moderna.