Los clubes Barracas Central y Deportivo Riestra, que alguna vez fueron modestos del ascenso, hoy se encuentran en la élite del fútbol argentino, con marcas destacadas en sus estadios y aspiraciones para clasificar a competiciones internacionales. Aquí analizamos su recorrido, récords históricos y situación actual.

Barracas Central y Deportivo Riestra, dos clubes que hace décadas militaban en categorías inferiores del fútbol argentino, actualmente ocupan lugares privilegiados en la Primera División, con aspiraciones claras de clasificar a copas internacionales.

Esta transformación no solo refleja el crecimiento de ambos clubes, sino también el cambiante panorama del fútbol local, donde el esfuerzo, la organización y un poco de suerte pueden catapultar a equipos humildes a la élite.

En la temporada actual, Barracas Central comparte la punta de la Zona A junto con Boca Juniors, Unión y Estudiantes, todos con 17 puntos en la tabla.

Desde su regreso a la máxima categoría en 2022, el club ha mostrado una notable estabilidad, acumulando un total de 53 puntos en 2022, 49 en 2023, y en lo que va de 2024, lleva ya 43 puntos con aún 15 fechas por disputarse.

Actualmente, pelea con clubes de renombre por un cupo en la próxima Copa Sudamericana, manteniéndose en una posición de equilibrio en la parte media de la tabla.

De manera similar, Deportivo Riestra, un equipo que alguna vez fue símbolo de la modestia en el ascenso, ahora lidera la zona B con 23 unidades, a solo un punto de Vélez y a tres de Lanús.

La historia de Riestra en la primera división está marcada por altibajos, siendo uno de los clubes con las peores rachas en el pasado. En la temporada 1986/87, en su primera temporada tras la reestructuración del fútbol argentino, descendió a la Tercera División, luego de una serie de derrotas y malas rachas que marcaron una época difícil para la institución.

En esa temporada, el club sumó apenas cuatro victorias y permaneció sin ganar en 25 partidos consecutivos, con una diferencia alarmante en goles a favor y en contra.

La peor racha, sin embargo, ocurrió en la temporada 1986/87 en la Primera C, donde acumuló un récord de 11 derrotas consecutivas en condición de local, en un período en el que también experimentó un declive en resultados.

Tras múltiples ascensos y descensos, Riestra logró volver a la máxima categoría en los últimos años, tras una historia marcada por altibajos, pero ahora con un camino prometedor hacia una posible clasificación a la Copa Libertadores 2026, ya que actualmente están a solo dos puntos de River Plate, en tercera posición en la tabla general.

Los récords y estadísticas recientes muestran el crecimiento de estos clubes. Por ejemplo, Riestra ha conseguido una racha de 26 partidos sin perder en su estadio Guillermo Laza, con 14 victorias y 12 empates, además de una marca de 33 goles a favor y solo 10 en contra.

En esa racha, lograron mantenerse 11 partidos sin recibir goles, una marca que solo iguales o superiores han logrado en la historia del fútbol argentino, como San Lorenzo en 2002-03 o Racing en la primera década del siglo pasado.

Por otro lado, Barracas Central mantiene récords de resistencia en condición de local, con varias temporadas en las que no cayó derrotado durante largos períodos.

En la historia del ascenso, no es novedad que equipos humildes puedan establecer esas marcas, pero en la élite, mantener esa consistencia requiere de mucho esfuerzo y organización.

El crecimiento de estos clubes también tiene aspectos históricos y sociales. Ambos nacieron en zonas humildes del Gran Buenos Aires y sus historias reflejan las dificultades económicas y sociales, así como la pasión que despierta el fútbol en esas comunidades.

El paso de la pobreza a la élite, aunque lleno de obstáculos, ha sido real y palpable en estos años.

Por ello, no resulta sorprendente que en el fútbol argentino, historias como las de Barracas Central y Riestra sirvan como inspiración. En un deporte donde lo importante no solo son los resultados, sino la capacidad de superar adversidades y convertirlas en éxito, estos clubes ejemplifican esa realidad.

Se preparan ahora para los desafíos futuros, con la esperanza de seguir creciendo y consolidarse en la mejor liga del mundo sudamericano.