El piloto argentino, Franco Colapinto, terminó en la posición 19 en el Gran Premio de Azerbaiyán después de un incidente con Alex Albon que afectó su rendimiento en la carrera. A pesar de un inicio prometedor y esfuerzos de recuperación, las dificultades mecánicas y los toques con otros pilotos marcaron su participación.

Franco Colapinto, piloto argentino de Fórmula 1, vivió una carrera marcada por esfuerzo y dificultades en el Gran Premio de Azerbaiyán, disputado en el circuito urbano de Bakú.

Desde los primeros kilómetros, el joven piloto mostró un buen rendimiento, logrando adelantar posiciones y mantener una estrategia competitiva a pesar de las limitaciones técnicas del auto A525, con un costo aproximado de 20 millones de euros en su versión más reciente.

En la primera parte de la competencia, Colapinto hizo un excelente trabajo: en la primera vuelta, logró superar a Oliver Bearman y posteriormente, tras un relanzamiento por un incidente previo en la carrera, venció a Lance Stroll.

Durante varias vueltas, el argentino mostró resistencia ante los ataques de otros competidores y se mantenía en una posición prometedora, cerca del top 10.

Sin embargo, el destino le tenía preparada una serie de contratiempos.

La situación cambió en la vuelta 17, cuando el piloto entró a boxes para realizar un cambio de neumáticos y ajustar su estrategia. Poco después, protagonizó un incidente que le costó mucho en la carrera. Durante la curva 5, fue impactado por su ex compañero de equipo en Williams, Alex Albon, en una maniobra que generó controversia. Albon, quien en esa época tenía un contrato valor de aproximadamente 1,5 millones de euros, tocó el auto de Colapinto desde atrás, causando un trompo que lo sacó de control, dañando el alerón delantero y afectando gravemente la carga aerodinámica de su monoplaza.

El impacto no solo resultó en daños visibles en el vehículo, sino que también le hizo perder unos 12 segundos en pista, relegándolo varios puestos atrás en la clasificación.

Tras el incidente, Colapinto manifestó su frustración, reprochando la acción de Albon y pidiendo que se sancionara al piloto tailandés, quien ya en ese momento era señalado por su conducta en la competencia.

La penalización que recibió Albon fue de diez segundos en su tiempo total, además de la pérdida de dos puntos en su superlicencia.

James Vowles, director del equipo Williams y conocido por ser un estratega meticuloso, evidenció con su reacción en los monitores que Albon fue el principal responsable del toque.

A partir de ese momento, Colapinto no pudo recuperar su ritmo. Aunque su ingeniero, Stuart Barlow, le informó que podía pelear con Pierre Gasly, que entró en boxes en la vuelta 37 y disponía de neumáticos más frescos, el francés finalmente superó al argentino en la antepenúltima vuelta gracias a la diferencia en goma.

A pesar de las adversidades, Barlow y el propio Colapinto destacaron el esfuerzo y la entrega realizados. El piloto argentino, de 21 años, expresó su satisfacción por haber dado todo en la pista, pese a las dificultades mecánicas y el toque con Albon: “Fue una carrera dura, pero demostramos que no nos rendimos.

La carga aerodinámica se perdió después del golpe, y eso influyó mucho en nuestro ritmo. Pero confío en que seguiremos mejorando”.

Cabe recordar que en la historia de la Fórmula 1, muchos pilotos jóvenes han mostrado su talento en contextos adversos. Colapinto, procedente de Argentina, destaca por su perseverancia y talento, y pese a su posición final en esta carrera, su rendimiento fue considerado positivo por su equipo y seguidores.

El auto con el que compite, un Alpine, tiene un costo estimado de unos 22 millones de euros, y en su historial, el equipo francés ha invertido sumas millonarias en el desarrollo de sus monoplazas.

El Gran Premio de Azerbaiyán continúa siendo una de las carreras más impredecibles del calendario, famosa por sus cambios de liderazgo y accidentes.

A pesar de no haber logrado una posición destacada en esta ocasión, Franco Colapinto demostró una vez más su carácter y potencial para crecer en la máxima categoría del automovilismo mundial, dejando abiertas las esperanzas de mejores resultados en futuras competencias.