Eddy Merckx, reconocido como uno de los más grandes ciclistas de todos los tiempos, celebra su 80 cumpleaños dejando una huella imborrable en la historia del deporte. Su mentalidad ganadora, récords y contribuciones transformaron el ciclismo para siempre.

Eddy Merckx, apodado “El Caníbal”, es considerado una de las figuras más emblemáticas del ciclismo mundial, y en 2025 cumple 80 años rodeado de un legado que trasciende las victorias y récords que conquistó a lo largo de su carrera.

Desde sus inicios en Bélgica, Merckx mostró una mentalidad de ganador que lo llevó a convertir cada carrera en una lucha por la victoria absoluta.

Nació el 17 de junio de 1945 en Meensel-Kiezegem, en la región flamenca, y pronto se mudó a Woluwe-Saint-Pierre, en Bruselas, donde sus padres tenían una tienda de comestibles.

Desde niño, Merckx mostró una afinidad especial por la bicicleta, realizando entregas por la ciudad y ganándose el apodo de “Tour de Francia” por su destreza en las rutas.

Inspirado por su padre, que también era aficionado al ciclismo, empezó a competir con 16 años, logrando su primera victoria en una carrera local y estableciendo un récord que duraría décadas: ganar la primera de 525 carreras, un registro que actualmente busca superar Tadej Pogačar, quien lleva 99 triunfos.

A lo largo de su carrera profesional, que abarcó desde 1965 hasta 1978, Merckx conquistó un total de cinco Tours de Francia (1969, 1970, 1971, 1972 y 1974), cinco Giro de Italia (1968, 1970, 1972, 1973, 1974) y una Vuelta a España (1973).

Sus logros incluyen también 64 victorias en etapas de Grandes Vueltas, tres campeonatos mundiales de ruta (1967, 1971 y 1974), 31 clásicas de un día – entre ellas siete Milán-San Remo – además de triunfos en carreras de una semana y en disciplinas de pista y ciclocrós.

Su dominio en la bicicleta fue tal que en el Tour de 1969 lideró en todas las categorías: general, montaña y puntuación, ganando seis etapas en aquella edición y dejando una marca que todavía se recuerda como una de las masacres deportivas en la historia del ciclismo.

Sin embargo, su carrera también estuvo marcada por momentos oscuros, como su expulsión en el Giro de 1969 tras dar positivo en un control antidopaje, un episodio que conmocionó al mundo del ciclismo en esa época.

Merckx además fue un innovador en los métodos de entrenamiento y mantenimiento de su bicicleta. Revisaba cuidadosamente cada pieza y ajustaba su equipamiento, mucho antes de que conceptos como la “ganancia marginal” se popularizaran en el deporte.

Gracias a su disciplina y genialidad, logró récords que permanecen vigentes y que marcan un referente para generaciones futuras.

A su vida personal, contrajo matrimonio con Claudine Acou en 1967, con quien tuvo dos hijos: Sabrina y Axel. Este último también dedicó su vida al ciclismo, logrando un décimo puesto en el Tour de Francia en 1998 y medallas en competencias olímpicas.

A lo largo de su vida, Merckx no solo fue un atleta destacado, sino un pionero que cambió la forma de entender y practicar el ciclismo. Su legado ha sido reconocido en Bélgica y en todo el mundo a través de libros, documentales y series que recuerdan sus hazañas. La admiración por su figura permanece intacta, pese a que en 2024 sufrió una caída que le provocó la fractura de cadera, justo en momentos en que aseguraba que entrenar con rueditas sería su próxima estrategia.

Merckx representa la historia viva de un deporte que evoluciona pero nunca olvida a sus grandes ídolos, y su historia ejemplifica cómo la pasión y la dedicación pueden trascender generaciones, dejando un legado que enriquece la cultura deportiva mundial.

Hoy, a sus 80 años, sigue siendo inspiración y referencia para todos los amantes del ciclismo y del deporte en general.