La selección sudafricana rompe una sequía de más de dos décadas y logra su primer título ICC en el World Test Championship, estableciendo nuevos récords en el proceso.

El pasado 16 de junio en el histórico estadio de Lord’s, en Londres, Sudáfrica logró lo que muchos consideraban una hazaña casi imposible: conquistar su primer título del ICC desde 1998, poniendo fin a una sequía de 28 años sin títulos internacionales en esta modalidad.

La victoria, que se consolidó con un resultado de cinco wickets en la final del World Test Championship contra Australia, marcó un hito en la historia del cricket sudafricano y mundial.

Este triunfo no solo significó la recuperación del prestigio para los ‘Springboks’, sino que también rompió numerosos récords en la competencia.

La selección liderada por Temba Bavuma mostró un desempeño excepcional, logrando mantener un récord impecable como capitán, con nueve victorias y una sola igualdad en partidos de prueba bajo su mando.

Uno de los momentos más destacados fue la hazaña de Aiden Markram, quien anotó 136 carreras en 207 balones, asegurando la victoria en una de las finales más emocionantes en la historia del cricket.

La victoria permitió a Sudáfrica superar un objetivo de 282 carreras, la quinta mejor remontada en la historia de las pruebas y la segunda en Lord’s, en una muestra del carácter y la resistencia del equipo.

Este éxito también reforzó la tendencia de Sudáfrica de lograr grandes remontadas en partidos importantes. La victoria en esta final elevó su racha de triunfos consecutivos a ocho, una marca que supera la mejor racha previa de nueve victorias consecutivas lograda en 2002-2003.

Este récord es el más alto en la historia del World Test Championship, superando a países como India y Nueva Zelanda, que habían logrado siete victorias seguidas en ciclos anteriores.

La racha ganadora comenzó en agosto del año pasado, en un momento en que el equipo enfrentaba dudas y críticas. Sin embargo, con un rendimiento sólido y una estrategia bien definida, lograron consolidar su liderazgo y alcanzar la cima del cricket mundial en esta modalidad.

La victoria en Lord’s no solo fue un logro deportivo, sino también un símbolo de resiliencia y recuperación para Sudáfrica.

El presidente de la ICC, Jay Shah, felicitó públicamente a la selección sudafricana, destacando la importancia de este triunfo en la historia del cricket internacional.

La actuación de Markram en la final fue particularmente sobresaliente, siendo su tercer century en la cuarta innings, una hazaña que solo otros grandes jugadores como Graeme Smith, con cuatro siglos en esa fase, han logrado en la historia del equipo.

Este título también tiene un trasfondo histórico, ya que Sudáfrica ha sido una potencia en el cricket mundial desde la era del apartheid, cuando su selección fue suspendida internacionalmente en los años 70 y 80.

La reintegración del equipo en los años 90, tras el fin del apartheid, marcó el inicio de una nueva etapa de éxitos y crecimiento. La victoria en 2025 representa el reconocimiento a décadas de esfuerzo y dedicación, consolidando a Sudáfrica como uno de los equipos más destacados en la historia del cricket mundial.

En conclusión, el triunfo de Sudáfrica en el World Test Championship es mucho más que una victoria deportiva: simboliza la perseverancia, la historia y la pasión que rodean a un deporte que une a naciones y trasciende generaciones.

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