India enfrenta un escenario difícil en el cuarto Test contra Inglaterra en Old Trafford, con los locales liderando con una ventaja de 186 carreras al cierre del día. La estrategia de los bateadores ingleses y el rendimiento de los lanzadores indios marcan la tensión en el partido, que podría terminar en empate o incluso en una victoria para Inglaterra.

El cuarto Test entre Inglaterra e India en el histórico estadio de Old Trafford ha llegado a un momento crucial, con los locales dominando la situación y poniendo a la selección india en una posición complicada.

Supuestamente, los bateadores ingleses buscan ampliar una ventaja de aproximadamente 250 a 300 carreras para asegurar una victoria, lo que pondría a los Men in Blue en una situación muy difícil para revertir el resultado.

La primera jornada terminó con Inglaterra en una posición sólida, con un marcador de 544 carreras por 7 wickets, liderando por 186 carreras sobre India.

Durante el día, los bateadores ingleses demostraron una gran solidez. Ollie Pope y Joe Root, quienes permanecieron en el campo sin ser eliminados, formaron una sólida sociedad, con Pope anotando 20 carreras y Root alcanzando 11.

Antes, los abrenores Ben Duckett y Zak Crawley establecieron un ritmo agresivo, con Duckett anotando 94 carreras en solo 100 bolas, incluyendo 13 límites, y Crawley contribuyó con 84 en 113 bolas, también con 13 límites y un seis.

Gracias a estas actuaciones, Inglaterra alcanzó las 332 carreras en el primer turno.

En la segunda sesión, India intentó frenar la ofensiva inglesa, logrando reducir las posibilidades con algunas buenas acciones. Washington Sundar fue el más destacado entre los lanzadores indios, al quitar a Ollie Pope con una impresionante cifra de 2 wickets por 57 carreras, y también eliminó a Harry Brook.

Sin embargo, el capitán Ben Stokes y Joe Root resistieron, logrando que Inglaterra alcanzara las 433 carreras con solo cuatro wickets caídos al cierre de la segunda sesión, ambos en un momento sin ser eliminados.

Root, que anotó 150 carreras en 248 bolas, superó a Ricky Ponting en la lista de máximos anotadores en Test, posicionándose como el segundo en la historia.

Mientras tanto, los lanzadores indios, Jasprit Bumrah y Mohammed Siraj, enfrentaron problemas de salud durante el día, teniendo que abandonar el campo en varias ocasiones.

Bumrah solo pudo lanzar una entrada con el nuevo balón, y ambos mostraron signos de fatiga. Stokes, por su parte, alcanzó su medio siglo en el último turno, pero tuvo que abandonar el campo por molestias en su pierna izquierda. En un momento, India intentó reducir el impulso inglés, con Siraj y Bumrah eliminando a Jamie Smith y Chris Woakes, dejando a Inglaterra en 528 carreras con 7 wickets.

Stokes regresó a la cancha para mantener la resistencia, junto a Liam Dawson, con quien logró sostener la situación.

Previo al partido, Inglaterra eligió poner en juego el balón tras ganar el sorteo, y la respuesta de India fue una apertura sólida con Sai Sudharsan, quien anotó 61 en 151 bolas, y Yashasvi Jaiswal, con 58 en 107 bolas.

Rishabh Pant también aportó con 54 en 75 bolas, ayudando a que India sumara un total de 358 carreras en su primera entrada. La actuación del lanzador inglés Ben Stokes, con 5 wickets por 72 carreras, fue clave para mantener a India bajo presión.

Este enfrentamiento, que forma parte de una serie muy reñida, tiene una historia marcada por duelos históricos en Old Trafford, donde ambos equipos han ofrecido partidos memorables.

La estrategia de Inglaterra, con un enfoque agresivo y sólido, pone a prueba la resistencia de India, que deberá luchar para evitar una derrota o, en el mejor de los casos, buscar un empate que mantenga viva su esperanza en la serie.

La tensión aumenta a medida que se acerca el cierre del partido, y los aficionados de ambos lados esperan con ansias el desenlace de esta apasionante contienda en uno de los escenarios más emblemáticos del cricket mundial.

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