El equipo Xeneize atraviesa una de sus peores rachas en la historia reciente, con una serie de resultados que reflejan una profunda crisis futbolística y de gestión, que pone en duda su futuro cercano.
La eliminación de Boca Juniors en la Copa Argentina tras caer ante Atlético Tucumán en Santiago del Estero ha puesto en evidencia la gravedad de la situación que atraviesa el equipo dirigido por Miguel Ángel Russo.
Lo que parecía ser solo una derrota en un torneo de Eliminatorias nacionales se ha convertido en un símbolo de una crisis que arrastra el club desde hace meses, una crisis que pone en duda el rumbo y la gestión dirigencial.
Desde la llegada de Juan Román Riquelme a la presidencia en diciembre de 2023, la institución había mantenido ciertas expectativas de estabilidad y reconstrucción, pero los resultados deportivos han sido un revés tras otro.
La derrota en Santiago del Estero no fue solo un fallo puntual; representó otro paso atrás en un camino que se ha tornado muy irregular. Boca acumula ahora una racha de diez partidos sin victorias en todas las competencias, empatando una de las peores rachas en su historia, rivalizando con momentos de crisis en la década del 80 y principios del siglo XXI.
El último título obtenido por el club fue hace aproximadamente dos años y medio, lo que evidencia la falta de éxito reciente y genera frustración entre sus seguidores.
En el Torneo Clausura, su participación comenzó de manera incierta, con empates que no aportan a la búsqueda de una clasificación a copas internacionales.
La esperanza ahora está puesta en asegurar un lugar en la próxima edición de la Copa Libertadores, tras dos años sin participar en el torneo de clubes más prestigioso de América.
Diversos factores alimentan esta situación de crisis: por un lado, la gestión de Riquelme y el armado del plantel, que ha sido criticado por su poca profundidad y decisiones cuestionadas; por otro, el rendimiento de los jugadores, que en varias ocasiones han mostrado falta de compromiso o de nivel técnico acorde a la camiseta.
Los hinchas y analistas también se preguntan si la dirección técnica de Russo es suficiente para revertir el ciclo y devolver al equipo a los primeros planos.
Históricamente, Boca Juniors ha sido uno de los clubes más exitosos de Argentina y del continente, con más de 30 títulos nacionales y 6 copas internacionales.
Sin embargo, en los últimos años, el club ha sufrido altibajos frecuentes, incluso enfrentando crisis internas y cambios de entrenadores como si fueran solución a todos sus males.
La tensión en la hinchada crece, y las opiniones respecto a la dirección del club divergen, algunos exigen cambios inmediatos, mientras otros consideran que la paciencia y un plan a largo plazo son la única salida.
En síntesis, Boca enfrenta una fase difícil que requiere decisiones estratégicas y un esfuerzo colectivo para salir adelante. La derrota ante Atlético Tucumán no fue solo una derrota más, sino la confirmación de que el camino hacia la recuperación aún tiene muchos obstáculos por superar.
La afición espera que, con cambios internos y mayor compromiso, el equipo pueda retornar a la senda de los éxitos y recuperar la confianza perdida. La historia del club, que ha marcado épocas doradas en el fútbol argentino e internacional, todavía tiene mucho por escribir, y aunque el presente sea sombrío, la esperanza de volver a ser protagonistas sigue vigente.