En 2024, Cataluña cuenta con un incremento en el número de playas y puertos distinguidos con la Bandera Azul, que certifica su calidad ambiental y servicios, consolidando su liderazgo en protección del entorno costero.

El litoral catalán continúa fortaleciendo su posición como destino de calidad y sostenibilidad en el ámbito marítimo. Durante el año 2024, un total de 124 instalaciones costeras han recibido la prestigiosa distinción de la Bandera Azul, un reconocimiento internacional que valida la gestión ambiental, la seguridad y la calidad del agua en playas y puertos.

Este incremento de seis playas y la consolidación de 23 puertos con este distintivo reflejan el compromiso de la región con la protección del medio ambiente y la excelencia en el servicio.

La Bandera Azul, otorgada por la Foundation for Environmental Education (FEE) en 47 países de todos los continentes, reconoce el esfuerzo de municipios y gestores por mantener altos estándares en aspectos como la conservación del entorno natural, la gestión eficiente de residuos, la seguridad en las zonas de baño y la calidad del agua.

En Cataluña, el proceso de solicitud y obtención de esta certificación es voluntario, y las instituciones públicas trabajan constantemente para mejorar las condiciones de sus espacios marítimos.

Entre las playas galardonadas en Girona se incluyen emblemáticos destinos como Cala Montgó en Castelló d’Empúries, Tamariu en Palafrugell, y Llafranc también en Palafrugell.

Estas playas se destacan por su belleza natural y su compromiso con la sostenibilidad. En la provincia de Barcelona, playas como Sant Pol en Sant Feliu de Guíxols, y la Zona de Baños del Fòrum en la capital, se suman a la lista de espacios certificados.

La provincia de Tarragona, conocida por su atractivo turístico, también presenta un gran número de playas con Bandera Azul, como La Pineda en Vila-seca y L’Arrabassada en Tarragona.

Además de las playas, los puertos deportivos de la región también han sido reconocidos por su gestión ambiental y calidad de servicios. En Girona, destacan clubes náuticos como el Club Nàutic Llançà y el Port de Roses, mientras que en la zona centro, en Barcelona, incluyen instituciones como el Port de Mataró y el Port del Masnou.

En la zona sur, que comprende Tarragona y Terres de l’Ebre, aparecen puertos como el de Salou y el de Cambrils, además de clubes náuticos en localidades como l’Ametlla de Mar y Vandellòs.

El costo de mantener y mejorar estas instalaciones y servicios es considerable. La inversión necesaria para certificar que estas áreas cumplen con los estándares internacionales, incluyendo mejoras en infraestructura, gestión de residuos y control de calidad del agua, alcanza cifras cercanas a los 125.000 euros por plaza en algunos casos. Este esfuerzo financiero, realizado por las administraciones locales y regionales, refleja la prioridad que le dan a la sostenibilidad y la protección del entorno marino.

Esta tendencia de reconocimiento y certificación continúa impulsando a Cataluña a ser un referente a nivel internacional en gestión sostenible de su litoral.

La conservación de sus playas y puertos no solo beneficia al medio ambiente y a los residentes, sino que también favorece la economía local, especialmente en sectores relacionados con el turismo y actividades acuáticas.

La región reafirma su compromiso con la protección del patrimonio natural y la calidad de sus recursos marítimos, alineándose con las metas europeas de sostenibilidad y biodiversidad para 2030.