La ola de calor que azotó Cataluña durante más de una semana llega a su fin, con temperaturas extremas registradas en varias zonas del litoral y la acerina. La cifra de días con altas temperaturas ha sido una de las más prolongadas en la historia reciente de la región.

En Cataluña, el Servicio Meteorológico de Cataluña (Meteocat) ha declarado que finalizó la ola de calor que impactó a la región durante más de una semana.

La ola comenzó oficialmente el 8 de agosto y terminó el 18 de agosto, totalizando 11 días consecutivos de temperaturas elevadas, uno de los periodos más largos registrados en la historia reciente.

Aunque en comparación con las olas de calor de agosto de 2023 y 2003, esta no alcanzó los niveles más extremos, sí concentró altas temperaturas, especialmente en zonas costeras y pre-litorales.

Durante estos días, varias estaciones meteorológicas, en particular aquellas situadas cerca de la costa, registraron picos de calor que superaron los 42 °C en algunos casos.

La temperatura máxima absoluta durante el episodio se alcanzó en la comarca de la Ribera d’Ebre, donde el 11 de agosto se alcanzó una marca de 43,8 °C en Vinebre, y en Benissanet, donde se registró esa misma cifra el día 16.

Ambos municipios se encuentran en una zona interior del río Ebre y son conocidas por sus temperaturas extremas en verano.

Asimismo, las temperaturas nocturnas también fueron especialmente elevadas, con mínimas que superaron los 25 °C en varias áreas del litoral y alcanzaron cerca de los 30 °C en puntos del cabo de Creus durante la noche del 16 al 17 de agosto.

La presencia de viento del norte en ese momento contribuyó a las condiciones calurosas y a la dificultad para que las temperaturas descendieran durante la noche.

Es interesante destacar que 10 entre las 121 estaciones automáticas de la Xarxa d’Estacions de Meteorologia de Catalunya (XEMA), que tienen datos desde hace más de 20 años, alcanzaron sus temperaturas máximas absolutas en este episodio.

La mayoría de estas estaciones se localizan cerca de la costa, donde las condiciones de calor extremo suelen ser más frecuentes. Por otro lado, en algunas zonas de la Catalunya Central, la ola de calor no superó los umbrales críticos, y no se registraron días por encima del calor intenso.

Un aspecto notable fue la influencia del humo proveniente de incendios forestales en la península ibérica, especialmente en el oeste de la misma. El domingo 17 de agosto, día considerado casi como el pico del episodio, hubo una disminución de más del 30% en la radiación solar debido a la presencia de humo, lo que probablemente moderó el aumento de temperaturas.

La quema de amplias áreas forestales en regiones como Extremadura y Castilla y León ha contribuido a una crisis ecológica y climática, complicando aún más las condiciones meteorológicas.

Históricamente, Cataluña ha sufrido olas de calor que han provocado riesgos para la salud, incendios y daños en la agricultura. La situación actual reafirma la tendencia de aumento en la frecuencia e intensidad de estos eventos, vinculados al cambio climático global. Las autoridades regionales y nacionales continúan monitoreando la situación y trabajando en medidas para reducir el impacto de futuras olas de calor, promoviendo acciones de adaptación y mitigación en el territorio.