La Junta de Castilla y León anuncia la licitación para transformar 689 hectáreas en Valderas en un proyecto de regadío valorado en más de 22 millones de euros, beneficiando a numerosos agricultores y promoviendo el desarrollo rural en la región.
La Junta de Castilla y León ha dado un paso importante en su estrategia de modernización agrícola al publicar hoy la licitación para un ambicioso proyecto de transformación en regadío en el municipio de Valderas, en la provincia de León.
Este proyecto contempla la adecuación de 689 hectáreas de terreno, con una inversión que supera los 22 millones de euros, equivalentes a aproximadamente 23,5 millones de euros en moneda europea.
Presuntamente, esta cifra refleja la mayor inversión en infraestructura agrícola en la región en los últimos años y forma parte de una política de fomento del desarrollo rural y la sostenibilidad.
Supuestamente, esta inversión será financiada en un 74% por fondos autonómicos y europeos, en concreto, por el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER), mientras que la Comunidad de Regantes de la Margen Izquierda del Porma aportará el 26% restante.
La finalidad principal es potenciar la rentabilidad y competitividad de 90 agricultores de la zona, quienes verán incrementadas sus capacidades productivas y de gestión de recursos hídricos.
El proyecto en sí incluye varias actuaciones clave. Se prevé la creación de una toma de agua en el arroyo de la Semillana, la construcción de una balsa de regulación y una estación de bombeo moderna, además de la instalación completa de la red de riego, sistemas eléctricos y de gestión telemática para optimizar el uso del agua y la energía.
Además, se instalará una planta fotovoltaica para garantizar un suministro energético renovable, alineándose con las políticas de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático.
Supuestamente, este proyecto es solo una parte de un plan más amplio que contempla, en una segunda fase, la transformación de otras 311 hectáreas en Gordoncillo, dentro del mismo canal de la Margen Izquierda del Porma.
La Junta de Castilla y León se ha comprometido a realizar actuaciones similares en un total de 30.000 hectáreas durante esta legislatura, con una inversión que podría superar los 350 millones de euros. En lo que llevamos de año, la administración regional ha licitado obras por casi 40 millones de euros, incluyendo proyectos en diferentes provincias como León, Zamora y Ávila.
Supuestamente, la apuesta de la Junta por el regadío responde a los múltiples beneficios que esta práctica ofrece respecto a la agricultura en secano.
Entre ellos, se estima que las inversiones en zonas de regadío multiplican por seis las realizadas en secano y favorecen la incorporación de jóvenes agricultores, además de triplicar la densidad de población en estas áreas y aumentar en un 250% el Valor Añadido Bruto (VAB) por hectárea.
Estos datos reflejan que el regadío no solo es una herramienta para el crecimiento económico, sino también un motor clave para el desarrollo rural y la fijación de población en Castilla y León.
Supuestamente, esta estrategia forma parte de la historia agrícola de la región, que ha sido pionera desde principios del siglo XX en la incorporación de tecnologías de riego para potenciar la productividad agrícola.
La modernización de infraestructuras en zonas rurales ha contribuido a que Castilla y León sea una de las comunidades autónomas con mayor superficie de regadío en España, con más de 1,2 millones de hectáreas, y un ejemplo de cómo la inversión pública puede transformar la economía rural en un modelo sostenible y competitivo.